Un insólito y perturbador caso sacudió a Waynesville, Missouri, Estados Unidos, el pasado 18 de septiembre, cuando Akayla Annette Haedt, de 29 años, fue arrestada por entregar a su expareja una hielera que contenía un feto humano, alegando que se trataba de su hijo.
La policía local la acusa de acoso en primer grado, argumentando que su acto provocó “angustia emocional severa” en la víctima. El incidente comenzó durante la madrugada, cuando agentes del Sheriff del condado de Pulaski acudieron a un domicilio tras recibir un reporte sobre un “feto muerto dentro de una hielera”.
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La llamada provenía del hombre que recibió el contenedor, quien describió el momento como desconcertante y emocionalmente devastador. Según su testimonio, nunca imaginó que Haedt fuera capaz de algo así.
La relación entre ambos había sido intermitente durante años, más cercana a una aventura que a un noviazgo formal. Dos o tres meses antes del incidente, Haedt le había dicho a su expareja que estaba embarazada, aunque él expresó dudas sobre la veracidad de sus afirmaciones, ya que según relató ella mentía con frecuencia.
La noche del 17 de septiembre, Haedt informó que había perdido el embarazo. Tras realizar algunos recados juntos, regresaron a la casa del hombre. Fue entonces cuando, sin mostrar emoción alguna, Haedt le entregó una hielera roja y blanca sellada con cinta verde, diciéndole: “Aquí está tu hijo”.
La víctima, creyendo que se trataba de una broma o de bebidas, tardó casi dos horas en abrirla. Finalmente, con ayuda de un amigo, descubrió el contenido y quedó en estado de shock, llamando de inmediato a las autoridades.
Los agentes confirmaron que dentro del contenedor había restos que aparentaban ser un feto humano. El objeto fue incautado y enviado al forense para su análisis. Durante la entrevista, la víctima expresó su profundo sufrimiento emocional, señalando que nunca pensó vivir una situación “que solo se ve en Internet”.
Actualmente, Haedt se encuentra detenida con una fianza de $50,000 dólares y deberá presentarse ante el tribunal el próximo 28 de octubre. La acusación sostiene que su conducta provocó un grave sufrimiento emocional, suficiente para configurar el delito de acoso en primer grado.