Con el inicio del segundo mandato presidencial de Donald Trump, los residentes de Texas podrían enfrentar importantes desafíos debido a las nuevas políticas migratorias que priorizan la deportación masiva y la seguridad en la frontera.
Estas medidas no solo podrían modificar drásticamente el perfil demográfico del estado, sino que también tendrían repercusiones económicas, sociales y en los servicios locales.
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Texas y su población inmigrante
De acuerdo con un estudio de USA Facts, en 2023, casi el 18% de los habitantes de Texas nacieron fuera del país, un porcentaje que incluye tanto a inmigrantes con estatus legal como a aquellos sin documentos.
La ciudad de Houston destaca en este contexto, con más de medio millón de residentes indocumentados, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Las nuevas políticas de Trump, centradas en aumentar las deportaciones, afectarían directamente a estas comunidades, ya que muchas de estas familias están profundamente integradas en la vida económica y social del estado.
Ataque a las ‘ciudades santuario’
Una de las primeras medidas anunciadas por Trump es atacar las políticas de las llamadas ‘ciudades santuario’, como Austin y Dallas, que históricamente han limitado su cooperación con las autoridades federales de inmigración para proteger a los indocumentados.
Bajo su administración, estas políticas podrían enfrentarse a presiones legales o económicas para ser derogadas.
Este cambio podría tener consecuencias graves. Según el Houston Chronicle, líderes locales expresaron su preocupación sobre cómo las medidas federales afectarían la confianza entre las comunidades inmigrantes y las autoridades locales.
Un aumento en las deportaciones y las operaciones de control podría disuadir a los inmigrantes de denunciar delitos o buscar servicios médicos, educativos y de seguridad, lo que afectaría la seguridad pública.
La seguridad fronteriza como eje central
La frontera sur de Texas, que se extiende por más de 2,000 kilómetros, es el núcleo de las políticas migratorias de Trump. Una de las medidas más destacadas es el programa ‘Quédate en México’, que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano mientras se procesan sus solicitudes.
Esto podría sobrecargar los recursos locales y estatales, como albergues y servicios de salud, en ciudades fronterizas como El Paso y McAllen. Además, el despliegue de tropas para reforzar la seguridad fronteriza aumentaría la complejidad de la situación.
Reformas en las políticas de detención
Otra de las acciones ejecutivas que Trump planea implementar es la eliminación de la política de ‘atrapar y liberar’, que permite a ciertos inmigrantes permanecer en libertad mientras esperan sus audiencias judiciales.
Esta medida tiene como objetivo reducir la inmigración ilegal, pero su eliminación podría generar un aumento en la detención prolongada de inmigrantes, lo que significaría un mayor gasto en centros de detención y procesamiento judicial.
Texas, como estado fronterizo, sería el principal escenario de este cambio.
Aunque es temprano para prever todos los efectos de estas políticas, es claro que los decretos ejecutivos de Trump tendrán un impacto profundo en Texas.