La tensión entre migrantes y autoridades texanas aumentó en la llamada “Puerta 36”, en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso. Ayer un grupo antimotines de la Guardia Nacional de Texas implementó un operativo en el río Bravo para reforzar la malla ciclónica y la alambrada de púas que en los últimos días fue rota de manera parcial por una multitud de migrantes que buscaban ingresar a Estados Unidos para solicitar asilo.
Los militares, quienes rompieron la valla de púas para bajar a la orilla del Bravo, advirtieron a quienes permanecen en el campamento improvisado que regresen a México, porque si intentan traspasar el área serán detenidos.
“Atención, vamos a empezar a instalar alambre de púas en esta zona; por su seguridad necesitamos que regresen al lado de México. Si dañan el alambre de púas o intentan cruzar serán arrestados”, indicaron elementos de la Guardia Nacional con un altavoz.
De acuerdo con reportes, los militares dispararon balas de goma contra algunos migrantes que buscaban cruzar a la fuerza derribando el cerco, sin causarles heridas graves.
Parte de los migrantes que persisten en las casas de campaña improvisadas con cobijas, ramas y ropa, se colocaron sentados frente a los elementos en señal de paz e incluso mostraron una bandera blanca.
En la última semana se han registrado diversos incidentes debido a que los que pernoctaban desde hacía varios días en el lado estadounidense del Bravo, retiraron parte de la barrera, lo que desató una trifulca con los militares.
Este día, fueron desplegados también elementos de la Policía Estatal de Texas, conocidos como “Troopers”, en apoyo a los elementos de la Guardia Nacional de Texas.
El operativo para retirarlos provocó tensión en el marcador internacional 36, donde se encuentra un acceso al muro para la Patrulla Fronteriza, y que los migrantes llaman “Puerta 36”, y donde se han concentrado desde el año pasado para solicitar asilo, pese a que no es una entrada legal.