Esta tarde, la Corte Suprema de Estados Unidos extendió la suspensión de la ley de Texas, misma que le permitiría a la autoridad estatal detener migrantes con acusaciones graves.
Samuel Alito, juez del supremo, emitió la orden que extiende la suspensión hasta el lunes próximo, permitiendo una semana más de discusión sobre la polémica ley, considerada por muchos como el intento más extremo de un estado para reprimir la inmigración.
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No es la primera vez que se le da retroceso a esta norma, pues hace un mes, el juez federal David Ezra rechazó la ley, argumentando su inconstitucionalidad al no existir bases para dar por hechos los argumentos de los republicanos de que había una “invasión” en la frontera sur.
Dicha reforma daría a los jueces locales el poder de ordenar a los migrantes arrestados salir del país o ser acusados de una infracción por entrar ilegalmente al país. Si reincidían, podrían obtener sanciones más graves.
Durante la apelación a la corte, el Departamento de Justicia afirmó que la ley alteraría profundamente el “estatus quo que ha existido entre Estados Unidos y los estados en el contexto de la inmigración durante casi 150 años”.
Evidentemente la aprobación de dicha ley que permite la detención de migrantes con acusaciones graves perjudicaría tanto la capacidad del gobierno para aplicar las leyes de inmigración como la relación con México.