WASHINGTON.- Kamala Harris y Donald Trump emprendieron este fin y principio de semana, una frenética carrera por un puñado de estados muy disputados en busca del voto de los indecisos, para las elecciones presidenciales del martes en Estados Unidos, un país que se muestra fuertemente dividido por la candidata demócrata y el republicano.
Y en medio de todo este ajetreo político, la inmigración legal e ilegal, las guerras que hoy azotan al mundo y la economía son los ingredientes de un guiso que a muchas naciones, incluido México, puede no gustarles. De acuerdo con diversos medios de comunicación de “gran calado”, hasta el fin de semana ambos candidatos estaban estancados en un empate técnico en las encuestas.
Viernes y sábado, ambos se centraron en los estados clave, donde los candidatos suelen ganar por la mínima, a diferencia de los otros que son tradicionalmente republicanos o demócratas. La exsenadora, que aspira a convertirse en la primera mujer presidenta del país, utilizó mítines en Georgia, Carolina del Norte y Michigan para enfatizar su mensaje de que Trump es una amenaza para la democracia estadounidense. Harris pide a los votantes que “pasen página” a Trump, a quien describe como un autoritario.
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“Es alguien que está cada vez más inestable, obsesionado con la venganza, consumido por el resentimiento, y el hombre busca un poder sin control”, dijo a sus seguidores en Little Chute, Wisconsin. Harris se ha rodeado de artistas como trampolín para llegar a los jóvenes y a los latinos, dos electorados importantes en unos comicios extremadamente reñidos.
La lista es larga: Beyoncé, Bruce Springsteen, Cardi B, Jennifer Lopez, la diva del pop de origen puertorriqueño, o la banda mexicana Maná, son algunos de ellos. Sin embargo, no será fácil… Trump, el magnate quiere recuperar las llaves de la Casa Blanca. Si lo logra, se convertiría en el primer presidente con una condena penal y cuatro inculpaciones a sus espaldas.
El republicano de 78 años asegura que defenderá el tejido industrial de su país, si fuera necesario con guerras comerciales agresivas y aranceles de hasta 200 por ciento y sus baterías apuntan directo a México. Este mensaje se repitió el fin de semana en Carolina del Norte, Virginia, Pensilvania y Georgia. Trump ha endurecido al extremo su retórica para movilizar a sus bases, sobre todo la migratoria.
“Los migrantes ilegales que llegan a este país matan gente todos los días y están desatando una violenta ola de asesinatos por todo Estados Unidos”, afirmó últimamente sin aportar prueba alguna.
“El mensaje final de Kamala a América es que te odia”, dijo Trump el viernes por la noche en Warren, Michigan. “Nada es más peligroso que darle un inmenso poder a una persona muy débil e incompetente, con un coeficiente intelectual extremadamente bajo”, soltó horas después en Milwaukee, Wisconsin.
Trump criticó la economía del gobierno demócrata que considera catastrófica. Aseveró que si Harris gana las elecciones del martes, se avecina “una depresión económica al estilo de 1929.
En la recta final, aumenta el miedo a un posible estallido de violencia si Trump pierde y se niega a reconocer su derrota como hizo en 2020.
Los comercios de la capital, Washington, han comenzado a proteger los escaparates. Las autoridades locales consideran “impredecible” lo que pueda pasar tras el cierre de las urnas.
Por lo pronto, Trump y miembros de su entorno sostienen que ha habido fraude y “trampas” en estados clave como Pensilvania, aunque al igual que con el tema de inmigración, no aportan ninguna prueba. En mente de todos están las imágenes de una turba de simpatizantes de Trump atacando el Capitolio el 6 de enero de 2021, en un intento de impedir la certificación de la victoria electoral de Biden y eso divide aún más un indeciso país.
¿Harris o Trump? p?, pocos lo tienen definido.