El asbesto es un mineral fibroso y resistente al calor y a la corrosión, el cual se emplea con frecuencia en la industria de la construcción, seguramente lo haz visto en tinacos o techos de lámina.
Este material está fuertemente relacionado con el factor económico pues debido a su costo, muchas personas prefieren usarlo en los techos de las casas o para almacenar el agua en los tinacos.
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Efectos a la salud
Una fibra de asbesto es mil 200 veces más delgada que el cabello de una persona, esto significa que se desprenda fácilmente de objetos como tinacos o láminas mediante el desgaste constante.
Este material no se evapora ni se disuelve. Si usas un tinaco de asbesto es más fácil que el asbesto se mezcle con el agua y puedas estarlo ingiriendo cada que te bañas, preparas la comida o realizas la limpieza de tu casa.
De igual manera, si tienes un techo de lámina de asbesto, las fibras de este material pueden estar en el aire y las respiras constantemente llegando a almacenarse en tus pulmones.
Cuando una persona respira altos niveles de este material, las fibras se alojan en los pulmones provocando una irritación que eventualmente genera tejidos cicatrizado que dificulta la respiración.
¿Qué dicen los expertos?
Según la cifra de los expertos, hay cerca de 400 mil muertes al año relacionadas con la exposición no laboral a este polvo. La exposición al asbesto aumenta la posibilidad de padecer cáncer de pulmón y el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos menciona que la exposición con el material causa mesioteloma, un cáncer poco común que la laringe y los ovarios.
La inhalación inmediata de este material no significa que las personas se van a enfermar de cáncer, necesitan estar en contacto continuó por un lapso aproximado de 10 a 15 años para empezar a sentir molestias al respirar.
En México no se prohibe el uso o la venta de productos hechos con este material pero las autoridades sí alertan sobre su uso continuo.