El reciente fallecimiento de un piloto de Turkish Airlines en pleno vuelo ha despertado preocupaciones entre los viajeros. El 8 de octubre, el capitán Ilcehin Pehlivan, de 59 años, sufrió un desmayo mientras el avión cubría la ruta de Seattle a Estambul, lo que obligó al copiloto y a la tripulación a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto JFK de Nueva York... ¿Qué se debe hacer en un avión cuando el piloto muere en pleno vuelo?
A pesar de los esfuerzos por reanimarlo, Pehlivan falleció durante el vuelo, según confirmó Turkish Airlines en un comunicado.
¿Qué debe hacerse cuando el piloto muere?
A pesar de que este incidente es un escenario extremadamente inusual, las aerolíneas están bien preparadas. Los pilotos de líneas comerciales, además de someterse a rigurosos controles médicos regulares, reciben un entrenamiento intensivo para manejar situaciones en las que uno de los dos queda incapacitado.
En estos casos, el copiloto asume el control total de la aeronave y sigue protocolos previamente establecidos para declarar una emergencia y aterrizar en el aeropuerto más cercano.
Dichos procedimientos forman parte del entrenamiento recurrente de los pilotos en simuladores. Estas prácticas incluyen cómo operar la aeronave sin la asistencia de un copiloto y cómo delegar tareas críticas a la tripulación de cabina, quienes también están capacitadas para ayudar en estas circunstancias.
La tripulación puede colaborar leyendo listas de verificación o supervisando instrumentos de vuelo, garantizando así que todos los recursos disponibles sean utilizados de manera eficiente.
Copiloto al mando
La decisión de desviar el avión y proceder con un aterrizaje de emergencia recae en el copiloto que queda a bordo. Si bien el control de tráfico aéreo y la aerolínea pueden ofrecer sugerencias, la responsabilidad última recae en quien esté al mando, quien evaluará las condiciones meteorológicas y del vuelo para tomar la decisión más segura.
Aunque situaciones como esta son extraordinariamente raras, los protocolos establecidos y el entrenamiento riguroso aseguran que la seguridad de los pasajeros sea siempre la máxima prioridad.