A sólo una hora en coche desde Austin o San Antonio, en el condado de Hays, Texas, se encuentra una maravilla natural: Jacob's Well.
Cada verano, muchos optan por escapar del calor brutal de Texas sumergiéndose en el refrescante y hermoso manantial cuyas aguas permanecen todo el año a 20 °C. Pero no son sólo los afectados por el calor los que acuden en masa a la primavera.
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Jacob's Well ha cobrado varias vidas
Muchos temerarios se sumergen en el manantial que se extiende más de un kilómetro y medio debajo de la superficie en un intrincado sistema de cuevas. Algunos dicen que es el viaje de su vida. Pero puede tener un costo enorme: muchos han muerto sumergiéndose en el Pozo de Jacob.
Jacob's Well, un manantial artesiano venerado por los nativos americanos durante milenios, ha estado fluyendo desde un depósito subterráneo natural conocido como el Acuífero Trinity durante quizás millones de años.
Es la fuente de Cypress Creek, pero también alberga extensas cámaras subterráneas. El acuífero se repone con la lluvia y el agua superficial que se filtra a través de la roca caliza, creando una red de cuevas y canales subterráneos.
Su origen
La primera mención escrita del manantial proviene de un libro del siglo XIX escrito por un hombre que algunos creen que dio nombre al manantial, Jacob de Cordova. Fue uno de los primeros agentes inmobiliarios o agente de bienes raíces, como se llama hoy, en esta parte de Texas.
Su descubridor manifestó su impresión del lugar:
“El pozo es perfectamente redondo, parece como si hubiera sido tallado en roca sólida por un hábil artista, y el agua es tan clara que incluso a esa gran profundidad se puede, a simple vista, discernir un objeto pequeño como un pin”
Posiblemente, dicen algunos, para convencer a los colonos de que se mudaran a las cercanías del pozo donde el agente poseía tierras.
Otros creen que el manantial artesiano recibe su nombre de una historia bíblica en la que Jacob, uno de los patriarcas de los israelitas, cavó un pozo que nunca se secó. El flujo constante del pozo es resultado de la presión que ejerce el agua en el acuífero, que empuja el agua hacia la superficie.
En la primera mitad del siglo XX sus aguas brotaban como una fuente. En realidad, fue muy difícil bucear en primavera debido a toda el agua que subía, pero desde entonces, las aguas han estado mucho más tranquilas, atrayendo a muchas personas y vida silvestre a darse un chapuzón.
La mayoría de las personas optan por descansar en el borde del pozo para relajarse en el agua fría y cristalina, pero algunos saltan al pozo desde afloramientos cercanos hacia la delgada abertura del agua.
Luego están los temerarios que se sumergen en apnea en el pozo, a veces a una profundidad de 30 metros, maniobrando las delgadas aberturas hacia la cueva submarina.
Pero sólo los buceadores especializados pueden explorar las cámaras subterráneas del manantial. Bucear hasta el final del pasaje principal es un viaje de cinco horas en SCUBA y puede ser extremadamente difícil, algo que el Proyecto de Exploración del Pozo de Jacob llama un "entorno desafiante e implacable". Sólo los buceadores con licencia pueden explorar estos pasajes.
Los peligros
Una inmersión dentro del Pozo de Jacob puede parecer muy divertida pero, también puede ser muy riesgosa. Al menos nueve personas han muerto al bucear en el Pozo de Jacob, lo cual es bastante teniendo en cuenta la cantidad de personas que visitan la zona, lo que llevó a algunos a llamarlo "uno de los lugares de buceo más peligrosos del mundo".
Las cámaras del sistema de cuevas submarinas pueden ser complicadas, especialmente la tercera ubicada a 25 metros debajo de la superficie, que presenta una salida "falsa" que atrapó y mató al menos a un buzo.
La cuarta cámara es quizás la más peligrosa, ya que implica pasar por un pasillo muy estrecho. Dos jóvenes de Texas quedaron atrapados en una de las cuevas del pozo y se ahogaron en 1979, los restos de otro buzo fueron expulsados del pozo en 1981 y ha habido otras muertes hasta el año 2000.
Don Dibble, propietario de una tienda de buceo, con más de 40 años de experiencia en el buceo, menciona acerca de los peligros de la fosa.
"Esta es la parte de la historia de terror", "Jacob's Well definitivamente tiene la reputación nacional de ser uno de los lugares más peligrosos para bucear".
Dibble sabe de lo que está hablando. Casi pierde la vida en una inmersión de recuperación en 1979 mientras intentaba recuperar los restos de dos jóvenes buceadores de Pasadena.
En un momento, quedó atrapado, enterrado más allá de su cintura en la grava deslizante que recubre el fondo de la tercera cámara del pozo. Afortunadamente, fue rescatado por otros buzos, pero sufrió una rotura de estómago.
Tuvo que cortarse el cinturón de lastre para regresar a la superficie antes de quedarse sin aliento. “Por una fracción de segundo”, dijo Adame, “pensé en la muerte y en mí mismo muriendo”.