Los insectos de los que hablaremos hoy son característicos por alimentarse de sangre, también se les conoce como hematófagos; estos insectos se encuentran a nuestro alrededor, ya que son casi imperceptibles al ojo humano, cuando ya nos damos cuenta es porque ya los tenemos encima.
Algunas de estas especies son transportadas por otros animales como lo son las mascotas, más común en perros y gatos, sobre todo aquellos que suelen salir de casa para posteriormente entrar y tener contacto con los humanos.
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En caso de que alguna de las especies que a continuación te presentaremos hayas tenido contacto o de alguna manera sabes que te ‘picaron’ debes visitar a un médico, sobre todo a las últimas de esta lista, que suelen ser transmisoras de enfermedades.
Insectos que se alimentan de sangre
Garrapata
Suelen encontrarse en la hierba alta o en los pastos abundantes, ahí esperan engancharse a cualquier animal que pase regularmente bovinos y caninos. Estos insectos no pueden saltar, por lo que la única forma de que lleguen al huésped es el contacto directo.
Para poder alimentarse, perforan la piel del animal o de los humanos y comienzan a succionar sangre. Las garrapatas son transmisoras de enfermedades como Lyme que provoca artritis, trastornos del corazón y del sistema nervioso como encefalitis o meningitis.
Jején
Un insecto parásito de la familia Ceratopogonidae y, por tanto, también son portadores de enfermedades como el virus de la lengua azul, enfermedad equina africana o la fiebre efímera bovina que transmiten tras picar a sus víctimas para extraerles la sangre.
Ladilla
Científicamente conocido como "Pthirus pubis", este es un insecto ectoparásito de los seres humanos, que mide entre 1 y 3 milímetros de longitud; se alimenta de sangre. Lo asombroso de este insecto es que lo hace al menos 50 veces al día, provoca mucha comezón que hace que el infectado se rasque, lo que conlleva una irritación de la piel.
Aparte de la región púbica, las ladillas suelen ocultarse en el vello corporal, las cejas, las pestañas o el cabello.
Piojo
Estos insectos sin alas existen más de 3.000 especies. Se alimentan de restos de piel (epidermal), partes de plumas, secreciones sebáceas y sangre. Su color varía de beige pálido a gris oscuro, pero si se alimentan de sangre su color puede ser aún más oscuro.
Alcanzando la edad adulta, este insecto puede medir entre 1,5 y 4 mm. Tiene 6 patas que terminan en una especie de ganchos que le permiten adherirse al pelo y piel. No tienen alas ni tampoco saltan. Pueden sobrevivir hasta 30 días en la cabeza de una persona y trasladarse a otro huésped por contacto.
Pulga
Son una clase de pequeños insectos sin alas pero muy ágiles. Las pulgas son parásitos externos que viven de la sangre de mamíferos. Cuentan con un mecanismo bucal de tubos especialmente adaptado para poder alimentarse de la sangre de sus huéspedes.
Apenas miden de 1,5 a 3,3 milímetros de largo, pero, gracias a sus largas patas, pueden saltar hasta 18 cm en dirección vertical y 33 cm en dirección horizontal, lo que las convierte en unas excelentes saltadoras. Estos insectos son transmisoras de enfermedades como el tifus o la peste bubónica.
Arador de la sarna
Es una especie de ácaro con 4 pares de patas y con un tamaño de apenas 400 micras. Sus víctimas son animales, mamíferos y, en los humanos a los que succiona la sangre y produce la enfermedad conocida como sarna. Fuera de su huésped, el arador de la sarna no suele vivir más de 4 días.
Tras la fecundación, que ocurre en la superficie de la piel, el macho muere y la hembra se introduce en el estrato córneo de la piel, creando túneles en los que va dejando los huevos. La enfermedad que provoca este ácaro es tremendamente contagiosa.
Ahora ya sabes que insectos chupa sangre están muy cerca de nuestras actividades, lo ideal es mantener nuestros hogares fumigados para evitar picaduras de estos insectos que se alimentan hasta de sangre humana.