Un granjero de Eslovaquia compartió que más de 200 cisnes se volvieron adictos al comer semillas de amapola en su granja y ahora se niegan a abandonar el lugar.
La adicción humana es una realidad brutal de la que la mayoría ha oído hablar. Pero ha surgido una nueva situación en Eslovaquia que deja a todos los lugareños desconcertados.
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Cisnes adicto a la Amapola
En una granja en la región campirana del país europeo, una familia de granjeros se enfrentan a una situación nunca antes vista. Decenas de cisnes se han instalado en sus campos de amapolas, informó el medio local Baltics News.
Las bellas aves se niegan a abandonar el área. La razón detrás de este comportamiento extraño pero obstinado; estos pájaros se han vuelto "adictos".
Balints Pam, un agricultor eslovaco con años de experiencia en el cultivo de amapolas, nunca se había encontrado con una situación tan extraña.
En febrero, bandadas de cisnes llegaron a sus campos cerca de la ciudad de Komarno. Desde entonces, han mostrado poco deseo de irse.
Causan estragos
Trágicamente, su presencia ha causado estragos en la próxima cosecha de la flor. Esto se debe a que los cisnes han desarrollado una adicción a las plantas de amapola.
Naturalmente, la gente está tratando de entender la razón por la cual los cisnes eligieron las amapolas en lugar de su preferencia habitual por la violación de invierno.
Este es un cultivo que normalmente picotean durante la primavera. Pam especula que no fueron las amapolas las que atrajeron a los pájaros.
Eran más bien los grandes charcos de agua que se formaban en sus campos después de fuertes lluvias. Ambos forman una combinación irresistible para las aves acuáticas en busca de sustento.
Un error
Compartió que hay más de 200 cisnes en su campo. Con cisnes adultos que pesan alrededor de 14 kilogramos, su apetito es considerable.
Sin embargo, su confusión los llevó a darse un festín por error con amapolas:
Excepto por las semillas, toda la planta de amapola es tóxica. Sin embargo, los cisnes no son conscientes de esto y se dañan a sí mismos
La ingestión de las amapolas induce un efecto de intoxicación narcótica, lo que hace que los cisnes no puedan volar. Como están cansados, confundidos y apáticos, los cisnes también se vuelven presas fáciles para los depredadores.
Consumir incluso una pequeña cantidad de amapolas puede causar intoxicación, pero a medida que los cisnes continúan consumiendo en exceso, sucumben a la sobredosis y la muerte. Varias docenas de cisnes ya han muerto.
Pérdidas
En el lapso de cuatro meses, esta bandada de pájaros ha diezmado cinco hectáreas de campos de amapola. Esto ha resultado en pérdidas por valor de 186 mil pesos mexicanos para el agricultor eslovaco.
Sin embargo, ni las aseguradoras ni el estado proporcionarán compensación alguna por la falta de regulación en este caso único.
La difícil situación de estos cisnes adictos ha llamado la atención de los medios de comunicación mundiales. Docenas de ejemplares han perecido y las aves sobrevivientes han sido reubicadas lejos para su desintoxicación.