La joven Jenifer Quevedo de 28 años había tenido una molestia que según ella era una muela, como ya no aguantó el dolor, se dirigió hasta con el dentista para que le revisara la pieza dental, pero el doctor notó que había algunas inflamaciones que no correspondían a la muela que según dolía por lo que le solicitó a Jenifer que se sometiera a unos estudios, dando como resultado linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer.
Fue en el 2022 cuando la joven argentina pensó que se trataba de una infección en una muela, además de que presentaba una inflamación en el cuello, pero al acudir con el dentista recibió un diagnóstico que no esperaba "Me mandó a hacer una tomografía y me salió que tenía ganglios. Ahí arrancó toda la pesadilla", dijo Jenifer.
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Lo que siguió después para la joven de 28 años fue una odisea, se sometió a dos operaciones en el cuello para quitarle los ganglios, para después esperar los resultados que no fueron alentadores, pues se trataba de cáncer de linfoma de Hodgkin, para la mala suerte de la joven la enfermedad relacionada a células cancerígenas en el sistema linfático. Era hereditaria.
En el pasado, familiares por el lado de su padre habían fallecido por la misma enfermedad que comienza en los glóbulos blancos.
Tras la noticia del cáncer que acechaba a la joven apenas comenzaba, ya que fueron tratamientos, tomografías y más exámenes en el Hospital hasta que empezó con la quimioterapia ahí mismo, en un centro oncológico.
Para la joven las cosas iban de mal en peor. "Me dijo que mi caso era muy difícil porque tenía 18 ganglios y el 90% del cuerpo tomado", recordó. Cuello, ingle, axilas y tórax eran algunas de las partes afectadas.
"No lo podía creer. Estaba con mi vida normal, jamás me lo imaginé. Le decía a la doctora que yo me sentía bien y no entendía cómo no había alternativas para curarme", dijo Jenifer sobre su primera reacción.
La joven tuvo que dejar de trabajar, ya que cualquier virus que se pudiera contagiar resultaría mortal, entonces, se las tuvo que ingeniar con actividades desde su casa como vender ropa y otros artículos.
La joven argentina superó el cáncer
La joven dijo que gracias a su esposo y su hijo fueron de gran ayuda para el proceso que vivía, ya que fueron parte fundamental de su recuperación, siempre la animaron y el apoyo en todo momento fue vital para sus días en casa con la enfermedad alentaron para que no bajara los brazos, especialmente en los peores momentos.
La joven tuvo que dejar de trabajar, ya que cualquier virus que se pudiera contagiar resultaría mortal, entonces, se las tuvo que ingeniar con actividades desde su casa como vender ropa y otros artículos.
Tras varios meses de lucha, Jenifer recibió su última quimioterapia y celebró con su familia y amigos porque después de un largo proceso, por fin se liberaba del cáncer.
En su automóvil la joven recorrió las calles para celebrar que había vencido al cáncer, el auto lo adornó con globos y con la leyenda "Última quimio, vencí el cáncer", la joven realizó una caravana para celebrar su estado de salud.