A veces ir al médico por una pequeña dolencia resulta en un padecimiento mortal, tal cual le pasó a una enfermera, quien acudió a revisión por su exceso de eructos, terminando con un diagnóstico de cáncer.
Bailey McBreen, de 24 años de edad, era una chica que cuidaba su salud, siendo su rutina el ejercicio diario y la sana alimentación parte de su vida. Sin embargo, todo esto cambió comenzó a experimentar eructos “potentes” y excesivos.
Las risas no se hicieron esperar por esta condición, la cual fue avanzando a reflujos y fuertes dolores en su estómago. Para Bailey era más que suficiente un antiácido, sin pensar en las consecuencias de no diagnosticarse correctamente.
Cuando el dolor fue más intenso y ya no pudo soportarlo, acudió al médico, quien tras varios estudios le dio la devastadora noticia: tenía cáncer de colon.
De acuerdo a McBreen, la tomografía que le hicieron encontró un tumor en etapa 3 que obstruía parte de su intestino grueso. Dicha obstrucción afectaba todo el sistema digestivo, dejando atrapada la comida y provocando los gases que desataron los grandes eructos.
“Nunca en un millón de años hubiera creído que cualquier síntoma vago sería cáncer de colon”, admitió al medios locales.
Gracias a este diagnóstico, Bailey pudo llevar a cabo la extirpación del tumor en enero de este año, y desde entonces se encuentra en quimioterapia. Ahora, confía plenamente en que superará la enfermedad, sin volverse a tratar desconociendo el padecimiento que llegara a tener en un futuro.
“Mis prioridades han cambiado completamente desde que me diagnosticaron. […] Me siento muy bendecida todos los días con el amor y el apoyo de todos. Sigue siendo un sentimiento indescriptible que tanta gente se preocupe genuinamente por ti”, expresó desde su cuenta de Instagram.
