La nación de Kenia se encuentra conmocionada por el descubrimiento de varios cuerpos de una secta dirigida por un pastor que obligó a sus feligreses ayunar extremo "para conocer a Jesús", situación que dejó más de 80 muertos entre los que destacan menores de edad.
Fue en el bosque Shakahola, al este Kenia, donde se hallaron primeramente 16 cadáveres. Luego de explorar la zona, se descubrieron al menos 89 víctimas mortales, muchos de ellos niños. Actualmente se mantienen las actividades en más de 300 hectáreas del lugar que se encuentra cerca de la ciudad costera de Malindi.
El presidente William Ruto prometió tomar medidas contundentes contra aquellos que "utilizan la religión para promover sus actos atroces".
Pastor mortal
Se cree que el perpetrador de esta macabra actividad es Paul Mackenzie Nthenge, el pastor de la llamada Iglesia Internacional de la Buena Nueva (Good News International Church) que promovía el ayuno entre sus seguidores para "conocer a Jesús". El sospechoso se entregó el pasado 14 de abril al descubrirse los primeros 16 cuerpos en el lugar.
En un lugar del bosque de Shakahola, Paul mantenía aún a 212 seguidores que continuaban con esta peligrosa costumbre, muchas de ellas incluso muriendo frente a las autoridades al negarse a recibir un bocado de comida.
Mackenzie Nthenge ya había sido detenido en dos ocasiones, la última vez en marzo de este año, tras un caso en el que dos niños murieron de hambre. Pero fue liberado tras pagar una fianza de alrededor 700 dólares.
“Estoy conmocionado por las acusaciones que se me han presentado. Cerré mi iglesia Good News International en Malindi en agosto de 2019 y es importante que la gente lo acepte. Incluso vendí el equipo y las sillas también. Si una persona solía seguirme, debería hacerlo por su cuenta ahora y no por mi nombre. Que siga a Cristo y no al pastor Mackenzie”, dijo Paul Mackenzie Nthenge en una entrevista a un medio africano.
Humphrey Nyongo, un ex miembro de la iglesia, reveló lo que hace McKenzie con sus seguidores, a quienes les pide renunciar a sus trabajos, saltarse alimentos y evitar buscar tratamiento médico cuando enferman.
“Fui creyente de sus sermones durante 10 años. Cuando se cerró la iglesia de Malindi hace tres años, la mayoría de nosotros nos mudamos con el pastor McKenzie a Musimba y al pueblo de Shakahola. Aquí, nos reuníamos los sábados debajo de un árbol de 9 am a 5 pm”, dijo Nyongo a The Nation.