Portugal es un país que se encuentra en la península ibérica con fronteras con España. Su población se compone de un 80 por ciento de la población católica lo que lo vuelve un país en extremo conservador.
Es por lo anterior que esta noticia ha alarmado a las autoridades eclesiásticas y al público en general; tal vez una de las partes más sorprendentes son los más de 4,815 relatos que se han recopilado en los que las víctimas, hoy en día adultos, recuerdan los abusos de los curas o sacerdotes que decían protegerlos.
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Estos relatos, como pruebas irrefutables, son los que han puesto a las autoridades contra la pared ya que no se ha podido prescindir de la versión subjetiva de las declaraciones.
Algunos investigadores previos que ya habían tratado de acusar a la Iglesia portuguesa con estos cargos han afirmado que el número de abusos a menores, incluso, podría ser mayor; pero, con seguridad prefieren permanecer en el anonimato.
En otras noticias referentes a esto, el Papa Francisco ha decidido viajar a Portugal en agosto para las Jornadas mundiales de la juventud y allí podría reunirse con las víctimas de esta serie de abusos.
Al existir una ley que prescribe los crímenes de esta naturaleza después de un determinado tiempo; la mayoría de abusos sufridos por los infantes ya no podrán ser perseguidos de oficio por los fiscales portugueses.
Sin embargo, 25 casos no han prescrito y podrán ser perseguidos; en realidad, estas 25 carpetas de investigación ya se han abierto y están en manos de las autoridades judiciales que darán seguimiento de ley contra los sacerdotes abusadores.
Uno de los casos más sonados fue el de Alexandra, una mujer de actualmente 43 años; que en aquel entonces contaba con tan solo 17 años y se preparaba para ser monja; aunque, esos deseos terminaron en el momento que un sacerdote decidió violarla. Ella, ya había denunciado a su agresor; pero, las autoridades eclesiásticas decidieron "ignorarla".