SAN ANTONIO.- San Antonio y en gran parte del mundo sigue la conmoción por la tragedia, en la que murieron 53 personas, cuando viajaban con el sueño de una vida mejor. Los migrantes murieron asfixiados. Wilmer y Pascual, eran dos niños, primos que intentaban salir de la pobreza y ayudar a sus familias. Wilmer le dijo a su padre, “papá, voy a ir a luchar”.
Wilmer Tulul iba en el camión junto con su primo, Pascual Melvin Guachiac, indígenas de Guatemala, que debido a la pobreza y la violencia huyeron de su tierra para tener una mejor vida. Eran originarios de Nahualá, Sololá.
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Los padres de Wilmer acudieron a reconocer el cuerpo. Antes de la tragedia le dejó un mensaje a su madre, Magdalena Tepaz. “Mamá, ya estamos saliendo”, después, el niño y su primo perdieron la vida a causa del asfixia.
Los familiares de Wilmer y Pascual relatan que eran muy unidos, pues crecieron en una pequeña comunidad.
Manuel de Jesús Tulul, padre de Wilmer recordó que su hijo dejó la escuela para trabajar en la milpa, pero los ingresos eran muy pocas, por lo que tomó la decisión de cambiar su futuro y el de su familia.
“Ellos querían un futuro mejor, porque acá en Guatemala no se gana nada”, dijo la madre de Wimer.
Se sabe que llevaban varios días fuera de su tierra, pues emprendieron el largo viaje, en donde desafortunadamente perdieron la vida.
Pascual Melvin Guachiac y Wilmer Tulul salieron de Guatemala en busca de una vida mejor, pero en un tráiler, al sur de San Antonio, perdieron la vida. El sueño se convirtió en la peor pesadilla. Wilmer le dijo a su padre “papá, voy a ir a luchar”, pero el destino no quiso que así sucediera. En el fatal hecho perdieron la vida 53 migrantes.