Gana caballo en subasta... pero no se acordaba...Lo último que Diogo recordó es que estaba en su casa con sus amigos tomando unos tragos, cuando uno de ellos propuso sumarse a un grupo de WhatsApp en el que se realizaba una subasta.
La increíble historia ocurrió en la localidad de Dourados, Brasil.
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Gana caballo en subasta
Al calor las copas les pareció algo entretenido participar en la puja; en realidad ellos no querían comprar nada , solo divertirse y pasar el rato. Pero todo terminó de una manera que nadie hubiera pensado.
Entre cerveza y cerveza y ya perdidos en la borrachera entraron en una subasta en la que se ofertaba un caballo a muy bajo costo.
Sus amigos cuentan que Diogo, envalentonado, buscó elevó la puja para encabezar la compra
“Estaba participando en la subasta on line y recuerdo que una persona ofreció 100 reales por el equino”.
Más personas emparejaron la oferta y el hombre decidió meterle más dinero:
“Oferté $100, luego $200, $450 y finalmente aposté $520?".
Entre copa y copa ninguno de los amigos se dio cuenta que en la subasta ya nadie más ofreció dinero por el animal, olvidaron el evento siguieron felices con la parranda.
Todos se fueron a dormir sin saber que Diogo ya era el dueño de un hermoso caballo.
A la mañana siguiente una alerta de mensajes lo despertó en medio de la cruda tempranera.
El joven se despertó con mensajes en los que le preguntaban cuándo pasaba a buscar al animal y en qué momento iba a pagarlo. La reacción del brasileño hizo que se le pasaran los efectos de la cruda. Ni siquiera se acordaba en qué momento compró un caballo.
“Me desperté con mensajes que me hablaban del precio de la subasta. Estaba en estado de shock y mi madre me quería matar porque yo no recordaba lo que había pasado”.
Cuando le comunicó a su madre lo que había pasado enfureció. Tiempo atrás fue ella misma quien le negó la posibilidad de comprar un perro Golden Retriever.
“Ella me dijo que no podía porque no había espacio en casa y ahora yo me había comprado un caballo”.
Diogo le explicó que no recordaba haber participado en la subaste porque “no estaba tan sobrio” y que él solo recuerda salió con unos amigos para beber y divertirse.
“Cuando me di cuenta había comprado un caballo. No sé cuidar un perro, ¿cómo puedo cuidar un caballo?”.
Al comprar el caballo el joven brasileño se dio cuenta de la responsabilidad que esto implicaba. Tenía que buscarle un lugar para vivir y también tenía que reunir el dinero para pagarle a la empres que lo subastó.... Alazão, que así se llamaba el animal, se convirtió en un gran problema.
Al ver que jamás podría mantener a Alazao, Diogo puso inició una campaña para conseguir un comprador del caballo antes del 12 de junio, día en el que el animal tenía que abandonar el lugar en el que vive.
Al problema del dinero se le sumaron los trámites engorrosos que debía hacer para poder trasladar al caballo hasta su casa:
“El caballo está en Novo Horizonte do Sul, pensé que solo era cuestión de ponerlo en la carreta y partir, pero necesita un documento y el transporte era más caro que el caballo”.
No tuvo más opción que ofrecer a Alazão a un precio más bajo que lo que invirtió por él, que pasó de ser comprado por 520 reales y ahora venderlo en 320.
Afortunadamente fue apoyado por cibernautas que conocieron su historia y logró reunir el dinero que le faltaba para pagar la subasta, ir por el caballo y luego vender el animal.
“Solo estuve tranquilo cuando se llevaron el caballo, mi madre me quería matar. Mucha gente me ayudó”.
EL hombre que gana un caballo en subasta le quedará como lección no hacer locuras durante una parranda.