No cabe duda de la tenacidad de algunas personas ante la adversidad. Este fue el caso de una abuelita, quien obligó a un centro comercial a construir alrededor de su casa, negándose rotundamente a vender su terreno.
El hecho ocurrió en la capital de Estados Unidos, en Washington, donde la mujer se negó en más de una ocasión a ceder la casa que compartió con su madre desde que era niña. A pesar de haber ocurrido en 2006, recientemente la noticia volvió a estar circulando en redes sociales, viralizándose.
Edith Macefield, de Seattle, se volvió una abuelita heroína, al no permitir la obtención de una inmobiliaria de su terreno, el cual fue duramente ofertado. Desde 15 hasta 20 millones de pesos fueron destinados para la compra del lugar, mismo que no fue aceptado por la mujer.
La pequeña casa fue adquirida por su madre en 1970 por 70 mil pesos. En ese entonces su madre, Alice, trabajaba como gerente de una tienda, contó el Seattle Times.
Desde entonces, la mujer compartió toda su vida en ese lugar, hasta la llegada de una inmobiliaria, quien se fue adueñando de las casas y las zonas.
La propiedad, con 108 años de antigüedad, fue primeramente ofertada por la empresa con 15 millones de pesos, sin embargo la abuelita no los aceptó, declarando morir en el lugar donde creció y compartió valiosos momentos con su familia.
La insistencia se vio venir, y con ello una segunda más generosa oferta de 20 millones de pesos. Ni siquiera este dinero pudo hacer cambiar de opinión a la mujer, quien se negó hasta el ultimo momento para vender o desalojar su vivienda.
"No quiero mudarme, no necesito el dinero. El dinero no significa nada", repetía su dueña.
Las presiones no resultaron, ni las negociaciones, dejando un solo camino para la constructora: Empezar el proyecto alrededor de su casa. Fue así como la abuelita obligó a toda una empresa a respetar su hogar y trazar nuevos planos donde se contemplara su terreno, sin modificación alguna.
El gerente del proyecto, Barry Martin, dejó de insistir en la movilización de la anciana, incluso se hizo muy amigo de ella, a quién visitó con frecuencia, compartió alimentos con ella e incluso la llevó al médico para sus chequeos rutinarios. De hecho, fue quien se quedó con la casa luego de la muerte de la abuelita en 2008.
No es casualidad el parecido de la casa con la vista en la película de Disney UP, de hecho, se sabe que esta historia fue la que inspiró a la empresa del ratón para hacer una película animada infantil, recordando este suceso.
Ahora, la propiedad de la abuelita que obligó a un centro comercial a construir alrededor de su casa, continúa en el mismo lugar sin poder ser vendida, ni subastada, debido a las múltiples deudas alrededor de esta. Pero eso no importa, mientras la gente la siga decorando con globos y recuerde esta fascinante anécdota.
Jesús García