Este lunes, el científico ruso Denis Logunov, desarrollador principal de la vacuna Sputnik V, demostró que la inyección cuenta con una efectividad del 97.6% contra el Covid-19 en una evaluación del mundo real, basada en datos de 3.8 millones de personas.
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La nueva tasa de efectividad es más alta que la del 91.6% descrita en los resultados de un ensayo a gran escala de Sputnik V y publicado en la revista médica The Lancet a principios de año.
Utilizando una base de datos de personas que recibieron ambas dosis de la vacuna, los científicos del Instituto Gamaleya de Moscú -que la desarrollaron- calcularon una tasa de efectividad en el mundo real del 97.6%, dijo Logunov durante una presentación para la Academia de Ciencias de Rusia.
En la Unión Europea se están administrando, de momento, tres vacunas. El primer antídoto aprobado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que es la vacuna que se utiliza en más países, fue el de Pfizer y BioNTech, el pasado 21 de diciembre, que es un 95% efectivo en la prevención de la COVID-19. El 6 de enero se autorizó el de Moderna, cuya efectividad contra el virus es del 94,5%, según un estudio reciente de The New York Times. El 29 de enero se autorizó la comercialización de la vacuna de Oxford-AstraZeneca, que alcanza un 82,4% de eficacia al administrar una segunda dosis 12 semanas después de la primera.
En América Latina, además, se está aplicando la vacuna rusa Sputnik V en países como Argentina, México y Venezuela. El fármaco ruso, desarrollado por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya de Moscú, muestra una eficacia del 97,6%. Las vacunas chinas también se han hecho un hueco en la región. Sinopharm, que presenta una eficacia del 79% se aplica en Perú, mientras que Sinovac, que en ensayos realizados en Brasil ha revelado una eficacia del 50%, se administra en Uruguay y Chile, entre otros.