En Turquía le levantan un monumento a un gato callejero; esto es lo que hizo Tombili en vida para recibir tan significativo homenaje.
Estambul, la capital de Turquía milenariamente siempre ha tenido una historia muy peculiar: en su tiempo, Napoleón Bonaparte alguna vez dijo que si la Tierra fuese un solo estado Estambul sería su capital.
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Tombili y su monumento al gato callejero
Ese país ha sido albergue de imperios como el romano, el bizantino, el latino y el otomano. Su capital, Estambul, se hizo viral porque además de sus monumentos históricos, en ella hay una estatua muy peculiar.
En el barrio de Ziverbey, un gato bautizado por el barrio como Tombili, como los turcos llaman a las mascotas "gorditas", llegó de pequeño y rápidamente se volvió parte del vecindario.
Todos los días vagaba por las calles y debido a su carácter bonachón e ganó el cariño de los vecinos. El minino se daba a querer muy fácil, ya que todo el que lo saludaba le contestaba con un maullido y se echaba en una pose muy curiosa y relajada.
Debido a esto se ganó el cariño de la gente que todos los días le ofrecían comida. Con tanto exceso de cariño Tombili se convirtió en un rollizo ejemplar
Durante sus años de vida la rutina de "el gordito" fue básicamente la misma... comer, dormir y adoptar su graciosa postura siempre en la misma escalinata viendo el mundo rodar, sin alterarse en lo más mínimo.
Tombili se apoyaba en un desnivel de la calle desde donde veía a la gente pasar, aceptando caricias de quienes lo veían en una pose parecida a las de las personas cuando están recargadas en la barra de algún bar.
Un hombre una vez le sacó una foto en esa cómoda posición y tras publicar aquella imagen en sus redes sociales, el gato se convirtió en una figura viral que trascendió su zona de influencia: en el mundo pasó a ser conocido como el gato callejero más vago del mundo.
Desgraciadamente en agosto del 2016 Tombili murió. Sus vecinos del barrio lamentaron el deceso ya que el gatito se había convertido en parte de la vida cotidiana de la ciudad.
La noticia de su fallecimiento fue anunciada con carteles colocados en los postes de la calle Güleç Çıkmazı, la zona donde cada tarde descansaba en su pose clásica el pequeño felino.
En los carteles se informaba el deceso, junto a una foto suya con un mensaje a la posteridad:
“Vivirás en nuestros corazones”.
Pero no todo quedó en la memoria, gracias a sus fotos virales el barrio se colocó en la agenda turística de residentes y extranjeros, quienes acudían con el famoso gato a tomarse fotos.
Miles de turistas se llevaban una foto del recuerdo con la mascota, empezando el barrio a rivalizar con sitios históricos de Turquía de gran trascedencia histórica.
Anadolu Kedisi, vecino del gato, publicó una petición en change.org para solicitar la construcción de un monumento en honor a Tombili. En pocos días se logró reunir más de 17 mil firmas y logró su objetivo.
La asociación de animales Anatolian Cat y su dueño contrataron al escultor turco Seval Sahin para confeccionar una estatua de bronce, tamaño real, con la típica postura: acostado en el desnivel de la calle.
La estatua fue construida en el mismo lugar donde el minino solía descansar durante tantos años.
Con la presencia de autoridades de la ciudad y miles de asistentes, la estatua fue inaugurada. Junto a la figura hay una placa que dice
“La mascota de nuestra calle, el querido Tombili, perdió su lucha y cerró los ojos. Para nosotros sigue vivo”.
A partir de entonces, turistas y vecinos acuden al monumento todos los días para conocer su historia y honrar su memoria dejando junto a la estatua bebidas y comida a modo de ofrenda. Además, también el lugar se ha convertido en un punto de reunión,
SIn duda, el monumento a gato callejero fue ganado por Tombili a pulso por su gran labor. FInalmente, descansar plácidamente durante años no es tarea fácil, se necesita mucha constancia.