En Redes Sociales se volvieron tendencia las imágenes de la boda de la activista pakistaní por los derechos de las mujeres Malala Yousafzai, quien a los 17 años, en 2014, fue la persona más joven en ganar el Premio Nobel de la Paz. Sus fotografías con su pareja, Asser Malik, llenaron de emoción y ternura a los internautas.
Desde su perfil de Twitter, la joven publicó: “Hoy es un día precioso en mi vida. Asser y yo hemos atado el nudo para ser compañeros de por vida. Hemos celebrado una pequeña ceremonia nikkah en nuestra casa de Birmingham junto a nuestras familias. Por favor, enviadnos vuestras oraciones. Estamos emocionados de caminar juntos el viaje que tenemos delante”.
El pasado mes de junio, en una entrevista con Vogue, la activista aseguró que no entendía por qué la gente contrae matrimonio, declaraciones que causaron polémica, y revivieron al circular las imágenes de su matrimonio, pero se dice que una ceremonia nikkah no constituye un contrato legalmente vinculante, sino que se trata del primer paso en una unión islámica.
“Si quieres a una persona en tu vida, ¿por qué tienes que firmar los papeles matrimoniales? ¿Por qué no puede ser simplemente una pareja? Mi madre me dice que no me atreva a decir eso, que tengo que casarme, que el matrimonio es precioso”, expresó anteriormente la joven.
Malala Yousafzai, ahora con 24 años, salió del anonimato en 2009, cuando la BBC empezó a publicar el diario que escribía, donde denunciaba la situación de las mujeres y las niñas bajo el progresivo control de los talibanes. Para 2012, ya se había convertido en toda una heroína local. Ese año, un fanático religioso interceptó el autobús escolar en el que viajaba, y, tras identificarla, le descerrajó un tiro en la cabeza.
La noticia causó tal conmoción, que el Gobierno fletó un helicóptero para llevarla al hospital militar de Peshawar. De ahí fue trasladada a Islamabad, y, contra todo pronóstico, logró salvarse. Despertó de un coma inducido en un hospital de Birmingham, donde vive desde entonces.
En 2016, Malala Yousafzai cumplió 16 años a la vez que daba un discurso en Nueva York, en la sede central de Naciones Unidas. Un año después comenzó a estudiar un grado de Políticas, Filosofía y Economía en la Universidad de Oxford, donde se graduó el año pasado con honores. Nunca ha cesado en su activismo social. En agosto reapareció en una entrevista en video en la que criticaba el nuevo régimen talibán en Afganistán y pedía a la comunidad internacional que abriera las puertas a sus refugiados.