El balance de víctimas mortales en Bahamas por el paso del huracán Dorian volvió a crecer anoche. Al menos 20 personas han fallecido como consecuencia del ciclón, que ha devastado parte del archipiélago caribeño, según los últimos datos hechos públicos por el Gobierno.
Dorian se dirige ahora a la costa nororiental de Florida, con vientos sostenidos de hasta 165 kilómetros por hora e intensas lluvias y, a pesar de que el huracán se ha ralentizado, bajando a una categoría 2, ha adquirido mayor tamaño, por lo que sigue siendo igual o más peligroso que antes, según datos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, según las siglas en inglés).
"Debemos esperar que se registren más muertes", advirtió horas antes el primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis. Las noticias que llegaban desde las islas Ábaco, donde residen unas 17.000 personas, apuntaban a una devastación "sin precedentes", añadió. Mientras en la costa de Estados Unidos afectada por el huracán se ordenan evacuaciones forzosas para evitar bajas, la cadena de televisión CNN ha comenzado a emitir imágenes aéreas de la isla Gran Ábaco, que muestran escenas de daños catastróficos, con centenares de viviendas sin techo, coches volcados, enormes inundaciones y escombros por todos lados.
"Muchas partes de Ábaco están diezmadas. Hay fuertes inundaciones, daños graves a los hogares, negocios y otros edificios e infraestructuras", señaló Minnis. Los habitantes de las Bahamas han soportado "horas y días de terror, temiendo por sus vidas y las de sus seres queridos". Según el ministro del Interior de Bahamas, Marvin Dames, "esta es una crisis de proporciones épicas, quizás la peor que jamás hayamos vivido".
En EE UU, este momento, una de las principales preocupaciones de las autoridades, más allá de los daños que puedan provocar los vientos en árboles o tejados, es el efecto de las olas del mar empujadas hacia la costa, que podrían provocar inundaciones importantes, sobre todo al coincidir con la marea alta. Se estima que el agua podría alcanzar hasta dos metros de altura en algunas de las franjas costeras estadounidenses que serán azotadas por el huracán. Tras pasar por Florida, a Dorian se le espera en Georgia y las Carolinas a partir del jueves por la noche y el viernes por la mañana. Los cuatro Estados se encuentran en estado de emergencia a consecuencia de Dorian. Según ha dicho el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras recibir el informe diario sobre el huracán, Dorian es "errático, poderoso y lento".
Desde el norte de Cabo Cañaveral (Florida) hasta Carolina del Norte pasando por Georgia y Carolina del Sur, a lo largo de esa inmensa línea de costa, hay declarada una emergencia de marejada ciclónica. Según advirtió en la conferencia de prensa de esta mañana de miércoles el director del Centro Nacional de Huracanes, Ken Graham, el 90% de las muertes provocadas por estas tormentas son debidas al agua. "Hay que tener en cuenta la velocidad del viento pero la tormenta y la lluvia que se provoca es clave", explicó Graham. "El agua es la responsable de las muertes en estas tormentas tropicales, así que , por favor, escuchen a las autoridades locales", insistió el director del NHC.
En Florida, la corriente se tragó a una mujer que se encontraba en la orilla de una playa de Jacksonville. Según la oficina del sheriff, la mujer fue rescatada por un socorrista. El alcalde de Jacksonville recordaba a los residentes vía Twitter que se alejaran del agua y se mantuvieran alejados de las playas. Por su parte, el Gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, ha informado de la primera muerte en su Estado relacionada con Dorian. Un hombre de 85 años ha fallecido como consecuencia de caer desde una escalera mientras preparaba el tejado de su casa para resistir al huracán.
Dorian es el segundo huracán más violento del que se tiene registro, igualado con otros dos de 1988 y 2005 por la velocidad máxima alcanzada de sus vientos, con picos de 295 km/h registrados el domingo. El récord pertenece a Allen, que en 1980 alcanzó 305 km/h. La velocidad máxima de los vientos es el principal criterio para categorizar a los huracanes, según la escala Saffir-Simpson, que va de 1 a 5. Aviones especiales estadounidenses miden esa variable varias veces por día para determinar la categoría del huracán.