La tranquilidad de la Sierra de Tula, en el altiplano tamaulipeco, se rompió la tarde del miércoles 26 de junio con un accidente que sacudió a la comunidad. Una joven mujer perdió la vida y un joven resultó gravemente herido luego de que una camioneta se precipitara por un barranco de más de 50 metros en la carretera federal Tula–Ocampo.
El trágico hecho ocurrió en una curva cerrada a la altura del paraje conocido como La Boquilla, una zona montañosa reconocida por sus pendientes peligrosas y su escasa visibilidad en temporada de lluvias. Según reportes oficiales, el vehículo, una camioneta Dodge Voyager, circulaba con dirección a Ocampo cuando el conductor perdió el control, salió del camino y terminó volcando en el fondo del barranco.
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Al interior viajaban dos personas jóvenes. Joana Castillo Godoy, de apenas 20 años, falleció en el lugar a causa de las lesiones sufridas por el impacto. Su acompañante, un joven de 22 años cuya identidad no fue revelada de inmediato, fue rescatado con vida pero en estado grave, siendo trasladado de urgencia a un hospital cercano.
Fueron automovilistas que pasaban por el lugar quienes dieron aviso a las autoridades y auxiliaron en las primeras maniobras de rescate, ante la dificultad del acceso. Minutos después llegaron cuerpos de emergencia, policías estatales y peritos de tránsito, quienes realizaron las diligencias correspondientes y acordonaron la zona para el levantamiento del cuerpo.
Aunque las causas exactas del accidente aún son materia de investigación, las autoridades no descartan que el exceso de velocidad o el mal estado del camino hayan sido factores determinantes. La carretera Tula–Ocampo es conocida por su sinuosidad, y durante la temporada de lluvias se vuelve especialmente riesgosa por deslaves, neblina y pavimento resbaloso.
Este accidente se suma a una serie de incidentes viales registrados en la región durante los últimos meses, lo que ha encendido las alertas sobre la necesidad de mejorar la seguridad carretera en tramos rurales de Tamaulipas.
En zonas como La Boquilla, la falta de señalización adecuada y el mantenimiento deficiente se convierten en factores silenciosos pero letales.
Familiares y amigos de Joana expresaron su dolor a través de redes sociales, recordándola como una joven alegre y trabajadora. La comunidad de Tula, aún conmocionada, exige que se refuercen las medidas preventivas para evitar que otra vida se apague en las curvas de su sierra.