Pescadores del sur de Tamaulipas se mostraron decepcionados cuando al sacar sus redes estaban llenas de ejemplares de pez diablo.
El pez diablo lleva ya quince años en el sistema acuífero de Tamaulipas y se convirtió en uno de los mayores depredadores del en las lagunas y presas del sur de Tamaulipas.
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Pez diablo en Tamaulipas
Ambientalistas advierten que su carne contiene exceso de plomo y mercurio, por lo que se considera que no es apto para el consumo humano.
El pez invasor rápidamente se apodera de los ríos y lagunas a donde no llega y vive en la parte más sucia de estos ya que le gusta enterrarse en el lodo, y su armadura ósea es capaz de acumular metales pesados.
Roque Montiel, representante de Ciudadanos Conscientes en Acción por México (CCAM). Refiere que su carne tiene buen sabor, pero ni de la laguna del Chairel ni del río Pánuco debe extraerse porque son los más contaminados de la región.
“Están contaminados con metales pesados como cadmio, plomo y mercurio, ya se han mandado a analizar ejemplares y salieron positivos”.
Sin embargo se tienen reportes de que en mercados en Tampico es vendido en forma de nuggets sin que las autoridades de salud estatal hagan algo por averiguar si el producto posee la suficiente calidad para venderlo.
“Este pez tiene la particularidad de almacenar metales pesados en su estructura ósea, tejido e hígado y pueden ser cancerígenos”.
De hecho, el jefe de la Jurisdicción Sanitaria Número Dos de Tampico y Ciudad Madero, Héctor Pérez Monsiváis desconoce si la especie invasora es comestible, pues ignora sus características y propiedades y solo sabe que es un depredador.
¿Cómo llegó a México?
El primer pez diablo fue visto en México por primera vez en la presa El Infiernillo de Michoacán, pero según estudios, viene de la cuenca del Amazonas.
No se sabe como llegó a esa laguna, pero se cree que fue a través de su venta en los acuarios, ya que es usado para la limpieza de las mismas.
Se supone que terminó siendo arrojado a un cuerpo de agua natural y ya en libertad y sin enemigos naturales aumentó su tamaño de forma desproporcionada.
Acaba con sistemas ecológicos
A cada sistema acuífero que llega se adueña del ecosistema porque uno de sus alimentos preferidos son los huevecillos de otras especies, por lo que empezó a acabar con peces comestibles de los ríos Pánuco, Tamesí y el sistema lagunario del sur del estado.
Es tanta su población que pescadores cuando avientan y sacan sus redes, un 80% de lo extraído es pez diablo y tan solo un 20% robalo, tilapia, catán, lisa, carpa y lobina, cuya reproducción se veía frenada por el invasor.
Pez provoca migración
Por características casi no tiene carne, cuenta con una capa muy gruesa de huesos y el proceso de despicarlo es muy tardado. Sin embargo, añade, ha sido una buena opción a nivel mundial convertirlo en harina comestible para ganado.
El gobierno de Tamaulipas dio a conocer hace menos de dos años que estudiaba la abundancia del pez diablo en la Laguna de Champayán en Altamira.
El anterior secretario de Pesca, Raúl Villegas reconocía que resolver la invasión de esta especie exótica es una de las principales demandas de los pescadores, pues atenta contra su economía.
Hay proyectos para acabar con él pez pero ninguno ha prosperado por falta de apoyo del gobierno.
Incluso, ambientalistas de Texas ofrecieron enviar nutrias a Tampico porque son los únicos animales que se pueden comer al pez diablo, pero ninguna autoridad estatal apoyó la idea.
En Reynosa ya llegó la plaga
El pez ya se encuentra en el norte del estado, incluso su presencia en el Canal Anzaldúas, en Reynosa, Tamaulipas, afecta ya la economía de quienes pescaban en esas aguas para su consumo familiar.
Los pescadores locales que acuden al canal a atrapar peces de la zona ya se encuentran alarmados pues han encontrado restos de peces diablo dispersos en las márgenes del canal.
Ahora, los pescadores que usan anzuelo tienen que hacerlo varias veces hasta encontrar una especie comestible, pues repetidamente solo sacan peces diablo.
Prevén que al igual que sucede en el sur del estado, la presencia del pez diablo en el norte de Tamaulipas se convierta en poco tiempo en un grave problema ecológico.