El conductor de un automóvil volcó su unidad por salvar a una manada de mapaches en el corredor urbano Luis Donaldo Colosio en Madero, Tamaulipas.
Por el pavimento mojado, el chofer del vehículo derrapó y posteriormente sobrevino la volcadura de esta unidad particular, en donde viajaban 3 personas con destino al municipio de Altamira.
Mapaches salieron ilesos
Los hechos movilizaron al cuerpo de emergencia en el municipio de Ciudad Madero, quienes acudieron a brindar apoyo prehospitalario a los lesionados.
Mapaches ocasionan volcadura de carro; dos lesionados #Altamira https://t.co/bGkKIJpRMU a través de @ReporteDirecto
— Jesús Rodríguez (@JesusRdz_RD) July 30, 2020
Luego de revisarlos, los socorristas informaron que las heridas que presentaban no se consideraban de gravedad, por lo que sólo los atendieron en el lugar.
El vehículo tipo i10, finalizó con las llantas hacia arriba, sin embargo, los ocupantes lograron salir por su propio pie del interior de la unidad.
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Por su parte, bomberos del municipio de Ciudad Madero, acudieron a apoyar con las maniobras de rescate de dicha unidad motriz y de los ocupantes, ya que además reportaron que había fuga de combustible y aceite.
¿De dónde salió esa banda?
Desde hace ya algunos años, la playa Miramar, en Ciudad Madero, Tamaulipas, se ha poblado de cientos de mapaches que se han vuelto la nueva atracción turística de la zona.
Mirarmar es la playa por excelencia para los tamaulipecos y los maderenses, al sur de Tamaulipas. Cada Semana Santa esta playa es abarrotada por miles de turistas. Y, al parecer, siguiendo el rastro de residuos que dejan los humanos llegaron otros turistas mucho más peludos. La tierna invasión fue tan discreta que, para cuando los humanos se dieron cuenta, los mapaches ya eran dueños de las escolleras.
Los mapaches migraron a la playa por la destrucción de su hábitat a manos de los seres humanos. Ahora, los turistas y los locales se juntan en las escolleras de Miramar a alimentar a los pequeñines con diversos alimentos, desde frutas hasta chicharrones. Por derecho propio, estos animales se han vuelto dignos dueños de las escolleras y los tamaulipecos sin duda les han tomado cariño, sin embargo no siempre ha sido tersa la relación entre humanos y mapaches en estas costas.
El punto más cruel de este encuentro entre especies sucedió en 2014 cuando cientos de estos animales fueron masacrados con una vileza que solo es conocida en humanos, la misma especie que previamente ya había destruido su hábitat original y los orilló a migrar muy lejos de los bosques a los que pertenecen.
Solo hasta que circularon en internet las fotografías de mapaches con las manos mutiladas o desollados, varios tamaulipecos entendieron que era momento de proteger y no de acorralar a estos animales que pueden portar rabia pero no maldad.
Recientemente, incluso se han rechazado las propuestas que buscan ya no exterminar sino meramente esterilizarlos. Y es que en cualquier otra circunstancia un encuentro con un mapache sería algo digno de temerse y evitarse pero en Miramar es algo que se hace adrede y con regocijo.
Los mapachitos de Miramar no son agresivos, aunque más vale no acariciarlos y mucho menos cargarlos; no son perritos, pues. Pero sí muestran una docilidad poco vista entre los de su especie, aunque no por ser amables están exentos de robarse la comida de los desprevenidos.