TELENOVELAS MEXICANAS

Teresa, la villana adorable que se robó el corazón de los mexicanos; ¿cuál ha sido la mejor versión?

Hoy se cumplen 15 años de la última adaptación de esta telenovela; pocas figuras han tenido tanta permanencia y fascinación como este personaje femenino, la mujer calculadora que, con su belleza y astucia, dejó huella en la TV

Las tres Teresas
Las tres TeresasCréditos: internet
Escrito en ESCENA el

De Maricruz Olivier a Angelique Boyer, la historia de la protagonista más ambiciosa de la televisión mexicana sigue cautivando al público y renovando su impacto en la cultura popular.

En el universo de la televisión mexicana pocas figuras han tenido tanta permanencia y fascinación como Teresa, la mujer calculadora que, con su belleza y astucia, dejó huella en el público telenovelero.

Teresa, la villana adorable

Lejos de ser la heroína convencional, su magnetismo radica en la contradicción: ambiciosa y fría, pero también irresistible para quienes siguieron cada una de sus versiones en la pantalla.

La génesis de este personaje nació de la pluma de Mimí Bechelani en 1959. Aquel año, Maricruz Olivier interpretó a una joven que, tras un desengaño amoroso, se convirtió en cazadora de fortunas y renegó de su familia por vergüenza.

Su desenlace, vagando sola y enajenada por las calles, inauguró la tradición de un personaje trágico que desafió los esquemas narrativos de la época.

Tres décadas más tarde, en 1989, Teresa regresó con un nuevo rostro: Salma Hayek. Su interpretación consolidó la figura de una mujer soberbia y ambiciosa que no dudaba en usar su inteligencia como arma.

Aunque el rechazo inicial del público parecía un obstáculo, su carisma convirtió a esta versión en un éxito tan grande que fue trasladada al horario estelar, reforzando la vigencia del mito televisivo.

La última de las Teresas

En 2010, José Alberto Castro apostó por una renovación con Angelique Boyer, quien ofreció un retrato más sensual y provocador. Esta encarnación, con tres desenlaces alternativos, mostró a una Teresa que nunca dejó de dividir al público entre el repudio y la admiración.

El proyecto no solo catapultó la carrera de Boyer, sino que también confirmó que la historia podía adaptarse a un nuevo siglo sin perder fuerza.

A lo largo de seis décadas, Teresa ha demostrado que la fascinación por las antiheroínas es un fenómeno permanente. Cada actriz imprimió un sello distinto, pero todas coincidieron en retratar a una mujer cuya ambición y contradicciones la convirtieron en ícono televisivo. Hoy, hablar de Teresa es hablar de la villana que, pese a su perversidad, sigue siendo inolvidable.