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'¡Saca las caguamas Salma!', le gritan jarochos cuando llevó a Angelina Jolie a Catemaco | VIDEO

La actriz mexicana llevó a Angelina de visita a la tierra de los brujos, desatando furor entre los lugareños que, entre gritos y humor, intentaron acercarse a las estrellas de cine durante su recorrido por el sur de Veracruz

Salma Hayek y Angelina Jolie anduvieron en Catemaco.
Salma Hayek y Angelina Jolie anduvieron en Catemaco.Créditos: internet
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La llegada de Salma Hayek y Angelina Jolie al corazón del trópico veracruzano causó revuelo en Catemaco, una localidad famosa por su misticismo y prácticas ancestrales.

Las actrices, rodeadas de un firme cerco de seguridad, fueron vistas ascender de un helicóptero en las inmediaciones de un campo deportivo, donde habitantes curiosos se agolparon para presenciar el momento y lanzar saludos improvisados.

'¡Saca las caguamas Salma!'

El calor popular no tardó en manifestarse: entre los vítores y teléfonos alzados, un joven lanzó una expresión jocosa que rápidamente se viralizó en redes sociales: “¡Saca las caguamas, Salma!”. El grito, que mezcló el entusiasmo local con el humor veracruzano, se convirtió en símbolo del recibimiento cálido —y muy mexicano— que ambas celebridades encontraron en su paso por el estado.

Previamente, la dupla había visitado las playas de Chachalacas, en el municipio de Úrsulo Galván, antes de sobrevolar hacia el sur para continuar su recorrido por tierras cargadas de leyendas.

Consultada por medios locales, Hayek explicó brevemente que se encontraba enseñándole su “tierra natal” a su amiga Angelina, quien se mostró reservada pero sonriente ante las cámaras.

La elección de Catemaco como punto clave del recorrido no es casual: el sitio es internacionalmente conocido por su cultura de brujería, sus rituales de sanación y las consultas esotéricas que atraen a miles de visitantes cada año.

Espiritualidad y tradición

La espiritualidad, la tradición y el ambiente selvático componen un paisaje singular que fascina a los visitantes.

Lo cierto es que, entre sonrisas, helicópteros y palabras mágicas, Catemaco volvió a estar en boca de todos, transformándose una vez más en el escenario donde la realidad se mezcla con el mito.