CINE

Esta película de terror es considerada de culto; fanáticos la apodan la 'Annabelle' mexicana

Aunque no fue un éxito inmediato, la película ganó popularidad gracias a la nostalgia y el interés por el cine de terror mexicano

Escrito en ESCENA el

En 1989, el cine mexicano de horror vivió uno de sus momentos más singulares con el estreno de 'Vacaciones de terror', una película que, aunque en su tiempo no fue un éxito masivo, con el paso de los años se ha convertido en un título de culto para los amantes del género en México.

La trama gira en torno a una muñeca poseída que desata una serie de eventos terroríficos durante unas vacaciones familiares.

El elemento sobrenatural de la muñeca, que recuerda a icónicos personajes del terror como “Annabelle”, le dio un toque único, al mezclar el miedo con la atmósfera y tradiciones del folclore mexicano. 

Este elemento hizo que la película capturara la atención de un público que buscaba un horror con identidad propia, diferente a las producciones extranjeras.

Lo que hace aún más interesante a 'Vacaciones de terror' es la participación de Pedro Fernández, un ícono de la música ranchera y pop que en esta ocasión se aventuró en un género muy distinto al que lo llevó a la fama.

Su papel en el filme sorprendió a muchos, mostrando una faceta diferente y dejando claro que su talento iba más allá del canto.

A pesar de no haber tenido una recepción crítica destacada en su estreno, la película encontró un segundo aire con el tiempo. Fue gracias a la nostalgia ochentera y noventera, así como al creciente interés por el cine mexicano de horror que 'Vacaciones de terror' empezó a ganar seguidores leales. 

En convenciones, ciclos de cine especializado y plataformas digitales, se ha convertido en un título recurrente y valorado, especialmente por quienes aprecian las historias de terror con un toque local.

'Vacaciones de terror' es un ejemplo claro de cómo una película puede trascender el tiempo y convertirse en un referente cultural, no sólo por su trama, sino por la atmósfera que logró construir, la inesperada participación de Pedro Fernández y su lugar en la historia del cine de horror nacional.