CINE

Toy Story fue cancelada por Disney… hasta que Pixar reescribió por completo a este personaje

Pixar tuvo que reescribir gran parte del guion para salvar el proyecto, transformando a Woody en un héroe imperfecto pero entrañable

Toy Story.
Toy Story.Créditos: Especial
Escrito en ESCENA el

¿Sabías que, en su versión original, Woody no era un héroe, sino un verdadero villano?

Así es. Antes de convertirse en el juguete noble y entrañable que todos recordamos, Woody fue diseñado como un personaje cruel, manipulador y, en palabras de los propios animadores de Pixar, “detestable”

Woody, el tirano original

En los primeros borradores de Toy Story fechados en 1993 Woody era un muñeco de ventrílocuo (no un vaquero) que ejercía un liderazgo autoritario sobre los demás juguetes. Su relación con Buzz Lightyear era todo menos divertida: en lugar de competir con él por el cariño de Andy, Woody lo lanzaba por la ventana intencionalmente y luego se burlaba de su caída.

No se trataba de un malentendido ni de un accidente, como vimos en la película final: era un acto deliberado de celos y desprecio.

El desastre que casi arruina a Pixar

Cuando Disney vio el primer corte de la historia en forma de storyboard animado, quedaron horrorizados. Jeffrey Katzenberg, entonces jefe de animación declaró que el tono era sombrío y que “ningún niño querría ver eso”. Pixar, que estaba empezando su aventura con largometrajes, estuvo a punto de perder el proyecto por completo.

Como resultado, el equipo liderado por John Lasseter y Andrew Stanton tuvo que reescribir gran parte del guion en tan solo dos semanas. El cambio más radical fue convertir a Woody en un personaje más complejo: inseguro, sí, pero con la capacidad de redimirse y colaborar.

Lo que pudo haber sido…

Si ese guion no se hubiera cambiado, Toy Story no solo habría fracasado: es posible que Pixar jamás hubiera hecho una segunda película.

En lugar de la emotiva historia de amistad que marcó a toda una generación, habríamos tenido una sátira cínica sobre la tiranía y el egoísmo.

Por suerte, Woody cambió… y con él, la historia del cine animado.