‘Un millón de primaveras’ es una de las canciones más recordadas de Vicente Fernández, pero no fue compuesta por él, sino por Joan Sebastian. La letra esconde una triste historia que marcó la vida de ‘El Poeta del Pueblo’.
La historia es sobre Trigo de Jesús Figueroa, el primer hijo de Joan Sebastian. Fue muy cercano a su padre, al grado de ser coordinador de seguridad durante las giras de su padre; recinto a que acudía el cantautor también iba su primogénito, hasta ese día fatídico.
Durante una presentación en Texas, Estados Unidos, Trigo sufrió un altercado por parte de los propios fans de Joan Sebastian. Era agosto de 2006 y el recital resultó un caos, principalmente debido a que el consumo de alcohol alteró a los asistentes. Al final del concierto, al menos 30 sujetos trataron de acercarse al intérprete de ‘Tatuajes’ en búsqueda de un autógrafo, pero el equipo de seguridad se negó debido a que no había condiciones.
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Uno de estos tipos, totalmente fuera de sí, se molestó por no poder acercarse a Joan Sebastian y accionó su pistola. Trigo escapó de la escena, pero el señalado lo siguió y le disparó en la cabeza; segundos después, lo remató.
Fue el mismo Joan Sebastian el que recogió a Trigo Figueroa del suelo, desangrándose. Pidió auxilio y fue llevado a un hospital, pero durante el proceso médico el hijo del famoso cantante perdió la vida, a la edad de 27 años.
Ese momento traumático para Joan Sebastian fue inspiración para ‘Un millón de primaveras’, por lo que los versos cobran aún más sentido. “Te lo juro, estoy a punto de olvidarte. Solo faltan un millón de primaveras, unos cuantos siglos solo he de adorarte. Solo falta un millón de primaveras. Después de eso, ya no vuelvo a molestarte”, escribió destrozado.
La promesa de Trigo y Vicente Fernández
Presuntamente, Joan contactó a una médium y habría sido Trigo quien le pidió que no hiciera canciones tristes sobre su deceso y, de algún modo u otro, cumplió su promesa. La letra fue encomendada a Vicente Fernández y se lanzó un año después, es decir, en 2007. Y el resto es historia.