Lamentablemente, la actriz, conductora y política mexicana, Silvia Pinal Hidalgo, murió hoy a sus 93 años de edad, debido a su deteriorado estado de salud que desde hace tiempo no le permitió dejar las salas de los hospitales, requiriendo constantes chequeos y valoraciones.
En diciembre del 2023 fue hospitalizada por problemas en las vías respiratorias, lo que provocó que al estar internada se formaran llagas en espalda. Dado el sensible estado de su piel y la imposibilidad de moverse, los padecimientos que fueron aquejando y acortando la vida de la reconocida actriz del Cine de Oro mexicano.
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El viernes 22 de noviembre la famosa actriz fue hospitalizada por una infección urinaria, baja presión y arritmia.
La noche del 27 de noviembre, familiares de la productora "desfilaron" en el hospital, incluso la cantante Alejandra Guzmán, quien hace días pidió oraciones por la salud de su madre.
Silvia Pinal nació el 12 de septiembre de 1931 en Guaymas, Sonora. Fue una figura clave de la Época de Oro del cine mexicano y una de las actrices más queridas del país.
El legado de la actriz
En su larga trayectoria, miles de personas recuerdan a Silvia Pinal por su entrañable presentación del programa Mujer Casos de la Vida Real, en donde fue conductora y actriz de algunos episodios, pero su carrera fue mucho más que ello.
Silvia Pinal debutó en el cine en la película La Bamba, en 1949, dirigida Miguel Contreras Torres. Ahí, Silvia interpretó a Emilia, con quien se lució dejando claro su talento y carisma.
Compartió los reflectores junto a estrellas mexicanas reconocidas mundialmente como Pedro Infante, "Cantinflas" y Germán Valdés "Tin-Tan".
Fue un ícono de belleza.
En 1960 trabajó con el español Luis Buñuel en varios clásicos como Viridiana (1961), El Ángel Exterminador (1962) y Simón del Desierto (1965).
Participó en la política del país; fue diputada y senadora representando al PRI, además de convertirse en esposa del gobernador de Tlaxcala Tulio Hernández Gómez, de 1981 a 1987.
Fue musa de Diego Rivera, en donde el artista le acuñó el dulce apodo de "Chamaca", además de regalarle un retrato de ella misma.
Huyó de la Dictadura Franquista y del Vaticano, dado que estas dos buscaban censurar la película Viridiana, Silvia escapó a México para su proyección.