Hoy, 20 de enero, se celebra el aniversario luctuoso de la actriz, bailarina, modelo y activista; Audrey Hepburn. Su nombre real, Edda Kathleen Van Heemstra Hepburn-Ruston y nació en la ciudad de Bruselas en Bélgica.
Su infancia se podría catalogar de buena; por ejemplo, su padre era banquero y su madre descendía de un Barón muy próximo a la Corte; entonces viniendo de una familia aristocrática; no debía preocuparse en exceso por las carencias o sufrimientos de la clase trabajadora.
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Sus padres se divorciaron cuando ella tenía 10 años de edad, en el año de 1939; tiempo durante el que se comienza a gestar la Segunda Guerra Mundial en la Europa nazi. Ya en plena guerra, marcada por el fatal destino de varios de sus familiares, decidió ser informante para los aliados en contra de los alemanes.
De las desgracias que experimentó durante la Segunda Guerra, están el fusilamiento de un tío y su primo, un hermano perdido en los ataques de la resistencia y otro hermano más, llevado a un campo de concentración.
En este periodo de tiempo, seguramente, es cuando comienza a nacer en Audrey el gusto y la afición por la caridad; la ayuda desinteresada por otros seres humanos que la marcará de por vida y que le hará ser embajadora de la UNICEF en los tiempos finales de su vida.
Otro de los eventos determinantes en su vida, también sucede durante la guerra; en Inglaterra inicia su carrera formal como estudiante de danza y arte dramático; y comenzará siendo modelo, también.
Empezó en 1948 con algunas películas y obras de teatro; pero ya en 1953, graba una película bajo el título de Vacaciones en Roma, en donde comparte pantalla con el ya consagrado actor, Gregory Peck. Por este largometraje obtiene el premio Oscar en la categoría de Mejor actriz. Había nacido una estrella.
Una de las interpretaciones que marcarán su prime es la adaptación del libro de Truman Capote, llamado homónimamente "Breakfast at Tiffany's" o, en español, "Desayuno en Tiffany's". Por su actuación en esta película tendrá ya un lugar sempiterno en los aparadores del Hollywood de la época de oro.
En el amor, contrajo matrimonio dos veces; pero en ambas ocasiones sumamente enamorada; la primera con Mel Ferrer; y la segunda, con Andrea Dotti. De cada matrimonio tuvo un hijo varón; Sean y Luca. Su pareja final fue Robert Wolders; y se refería a todos ellos como sus cinco hombres.
En 1988 fue nombrada como embajadora de la UNICEF y llevará a países tan alejados; como Sudán o Vietnam, su humanitaria solidaridad. Sin embargo, un cáncer de colón hará que suspenda toda actividad y que, a la postre, le llevará a la muerte en 1993, en un día como hoy.
Su personalidad y estilo harán que sea denominada como un ángel en la tierra; su belleza, en gran medida por su icónica sonrisa y su entallada figura se conformó como el modelo arquetípico de cómo una mujer debía ser.
Su epitafio, colocado como inscripción en su tumba, resume este ideario sobre su cautivante belleza: "Si en el cielo existen los ángeles, estoy convencido de que deben tener los ojos, las manos, el rostro y la voz de Audrey Hepburn".