WIlliam Levy contó en una historia de Instagram cómo fue su infancia en Cuba, las cosas buenas, las malas, las alegrías y los sinsabores, pero sobre todo las carencias a las que se enfrentó durante su niñez en la isla.
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Levy cuenta en su publicación que a pesar de haber tenido una infancia hermosa en Cuba, también recuerda que no fue la más fácil.
Alegrías y carencias en Cuba
Habla del racionamiento de comida por el sistema alimentario del gobierno cubano:
Con solo un cuarto de pollo por persona al mes, un pan por persona al día y raciones de comida limitadas, siempre tenía hambre
El actor narra que él y su familia nunca tuvieron lujos. Una pasta de dientes era considerada algo oneroso, así que tenían que utilizar carbón y bicarbonato de sodio para la higiene bucal.
Levy es un aficionado del béisbol y comenta que cuando jugaba ese deporte, él y sus amigos juntaban sus calcetines para hacer una pelota y jugaban sin zapatos.
Menciona que la creatividad y el ingenio eran básicas para poder perseverar.
Con gran nostalgia considera que la parte más difícil de crecer en Cuba, la parte que ataca las almas, fue no tener libertad.
Nuestra capacidad de soñar y nuestros destinos eran limitados. Sabíamos que no importaba cuánto trabajáramos o estudiáramos o cuán grandes fueran nuestros sueños, siempre tendríamos los mismos resultados.
William reflexiona y piensa que en la isla todos están destinados a vivir la misma vida pobre y miserable sin futuro.
Este tipo de reflexiones fueron las que influyeron para que el cubano abandonara su país.
Dice que pasaba largos días contemplando el océano y soñaba algún día llegar a los Estados Unidos de América, un país donde todo es posible.
En fecha reciente Levy cumplió un aniversario más del día en que ese sueño se hizo realidad:
No tenía dinero y no hablaba el idioma, pero eso no importo´ porque finalmente tuve la libertad de vivir la vida que elijo y en los Estados Unidos, el cielo es el límite
El actor caribeño finaliza su mensaje con un agradecimiento:
Desde entonces, ha sido un hermoso viaje. Gracias Dios, gracias Estados Unidos, gracias éxico, gracias América Latina y gracias a todos mis fanáticos de todo el mundo por darme tanto amor y hacer realidad los sueños de ese pequeño niño cubano.
Las alegrías y carencias de la niñez de William Levy son parte de los recuerdos que el actor lleva y guarda con alegría.