En el último día del juicio en Miami, a Pablo Lyle se le vio con el rostro desencajado, como imaginando que el veredicto final del jurado no le iba a favorecer en lo más mínimo.
Vestido elegante con un traje azul como en los anteriores días, afeitado y con el pelo fijado, Lyle se presentó en la Corte en la que un día antes prefirió no hablar en su propia defensa.
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Días antes, durante el testimonio de su esposa Ana Araujo, la Fiscalía atajó su versión y la hizo caer en contradicciones según los reportes que se daban a conocer de quienes estuvieron presentes en el juicio.
Lo de hoy fue una loza difícil de soportar para el actor mexicano quien había tenido un despegue importante en la preferencia del público a través de las pantallas de televisión.
Su rostro desencajado era evidente al salir del salón y retirarse a los pasillos, previo a esperar el resultado que se daría una hora 40 minutos más tarde. Sus más cercanos lo abrazaban...
El veredicto
"Culpable en el delito de homicidio involuntario", fue el voto de los seis miembros del jurado que se escogieron para el caso.
Con lágrimas en los ojos, pero sin expresar ninguna reacción, el actor escuchó el veredicto por el el que podría pasar hasta 15 años de prisión; sin embargo, la sentencia aún no ha sido dictada.
Por ahora no se sabe con exactitud cuánto tendrá que pagar de prisión el ahora acusado y si los tres años que estuvo en prisión domiciliaria le contarán. En tanto su carrera artística hoy ha bajado el telón y quien sabe si más adelante, cuando haya recobrado su libertad, tendrá los arrestos suficientes para volver a dar la cara ante el público.
En redes sociales, como sucede en las plazas de toros, la opinión es dividida. Hay quienes lo apoyan y hay quienes le recuerdan que la justicia en Estados Unidos no ve posición económica, nombres, ni profesión.
"Muy triste y todo pero ni modo hay que afrontar las consecuencias de nuestros actos"; ."Que Dios tenga misericordia del pobre Pablo y que le quede de experiencia que no controlar sus impulsos hasta donde fue a parar y el serio problema que enfrenta".
"Dios lo acompañe, cara pagó la osadía de ponerse con un adulto mayor y brabucón igual que él": "Todo por no tener autocontrol y dejarse llevar por sus emociones. De ahí la importancia de la Inteligencia Emocional": "Que Dios lo bendiga siempre y esos años se le hagan cortos y pronto salga", son algunas de las opiniones de los cibernautas.
Como se recordará, Lyle tuvo un altercado de tránsito con un Juan Ricardo Hernández, de 63 años, un hombre de origen cubano, al cual le propinó un golpe que al caer le causó días después la muerte.
"... (era culpable) es que el hombre ya iba a su auto, indefenso, cuando Lyle le dio el golpe", sentenció uno de los tres jurados de relevo, al salir de la Corte.
Gabriela Alfaro, fiscal a cargo del caso, dio como alegato final las palabras que Hernández habría dicho antes de recibir el golpe, las cuales supuestamente fueron: "Por favor, no me hagas daño". Se especula que eso fue lo que convenció al jurado de su decisión.