CIUDAD DE MÉXICO.- Vacaciones de Terror es una de las películas mexicanas más vistas en la historia. Causó horror a finales de los 80 y principios de los 90. Hasta hoy en día se sigue mencionando esa cinta, todo un clásico. Lo que no todos sabían es que Pedro Fernández, uno de los protagonistas de la historia quedó traumado. Así como lo lees, casi como Linda Blair, quien fue la niña del Exorcista, quien también sufrió tras la película de los 70.
Al más puro estilo de la noticia que pasó con la muñeca real de Anabelle, Pedro Fernández una vez contó, que tenía miedo que la muñeca de Vacaciones de Terror haya escapado.
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En la película actuaron además de Pedro Fernández, Julio Alemán y Gabriela Hassel y Nuria Bages y se desarrolla en medio de una cabaña que se encuentra lejos de la Ciudad de México. Una familia intenta pasar un fin de semana alejada de la rutina y llegan a la vieja cabaña, pero los sucesos paranormales empiezan a causar miedo.
Se supone que una bruja que fue asesinada en ese lugar, años atrás de cuando se cuenta la historia, y su espíritu quedó en una muñeca, misma que quedó en un hoyo, que se ubica en los alrededores de la cabaña. Una niña que aparece en la película ingresa al pozo por una pelota que se les fue a sus hermanos y es cuando tiene contacto con la muñeca.
Al quedarse con la muñeca, le ordena que haga cosas como dañar, a los demás. Su mirada es la que origina que todo lo malo se desarrolle en la historia.
Pedro Fernández, aunque no es de la familia, es novio de Gabriela Hassel, y llega al lugar, pero nadie contaba con que él portaba un poderoso talismán contra malos espíritus.
En toda la historia pasan fenómenos paranormales, vuelan los platos, la casa se llena de sangre y víboras, los padres de los niños sufren accidentes, pero el momento éxtasis de la película es cuando Pedro Fernández vuela y es tragado a una dimensión desconocida a través de un espejo.
Después él regresa y logra poner fin a la terrible maldición, pero no fue el final.
Años más tarde hicieron una secuela, pero no tuvo el éxito de la primera parte.
Pedro Fernández contó que tras la película quedó traumado pues tuvo miedo que la muñeca diabólica de Vacaciones de Terror se escapara en la vida real.