El universo de la lucha libre mexicana se encuentra una vez más frente a un acontecimiento cargado de simbolismo: Las Parkas de los cuadriláteros.
Las 'Parkas' que existen en la lucha libre mexicana
Triple A, una de las promotoras más influyentes del país, anunció recientemente la reaparición de este personaje legendario, ahora encarnado por un nuevo gladiador que busca rendir homenaje y, a la vez, forjar su propia historia bajo el esqueleto emblemático.
La noticia ha despertado tanto entusiasmo como nostalgia, pues remite a décadas de evolución del personaje. Aunque el personaje se consolidó en los años noventa gracias a la interpretación de Adolfo Tapia Ibarra, quien luego se transformaría en LA Park tras su salida de la empresa, su origen se remonta incluso a los años setenta, cuando el concepto de “la huesuda” ya rondaba en los encordados.
Con el paso del tiempo, el manto de La Parka fue asumido por distintos luchadores. El más reconocido fue Jesús Alfonso Escoboza Huerta, anteriormente conocido como Karis La Momia. Escoboza adoptó el nombre en 1996 y con el tiempo lo transformó en sinónimo de espectáculo y carisma hasta su fallecimiento en 2020, cuando el personaje fue retirado temporalmente.
La influencia del ícono ha sido tan profunda que otras variantes surgieron, como La Parka Negra, introducida en 2013 como su contrafigura, o incluso Súper Parka, que adoptó elementos del personaje original para construir su propio camino.
La herencia sigue
La herencia se extiende hasta las generaciones más jóvenes: los hijos de LA Park, quien fuera la primera encarnación de la Parka en Triple A— hoy mantienen viva la estética y el estilo en escenarios independientes.
La Parka representa la continuidad de un símbolo cultural profundamente arraigado en el imaginario popular. Porque La Parka, más que un personaje, es un legado que se niega a morir.