La lucha libre en México es más que un deporte, es una tradición que ha cautivado a generaciones con sus emocionantes acrobacias, luchadores carismáticos y máscaras icónicas. Sin embargo, detrás del espectáculo, la realidad económica de los luchadores no es tan glamurosa como parece.
A pesar de los riesgos que enfrentan, como lesiones graves, los luchadores en México no tienen salarios elevados. De hecho, muchos de ellos deben dar varias funciones a la semana para poder sobrevivir.
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La lucha libre mexicana ha producido grandes íconos como El Santo, Blue Demon, Andrade (La Sombra) y Rey Mysterio, quienes han dejado una huella tanto en México como a nivel internacional. Figuras como Rayo de Jalisco Jr., El Hijo del Santo, y Psycho Clown continúan siendo esenciales en la cultura luchística.
En el caso de los luchadores independientes, los sueldos varían mucho. Algunos, en sus primeros años, estrellas como Andrade y Metalik incluso llegaron a pagar por estar en los carteles de lucha. Los que logran cierto nivel de popularidad o tienen experiencia pueden ganar entre 10 mil y 30 mil pesos por función.
Por otro lado, los luchadores de empresas grandes como CMLL o Triple A tienen sueldos basados en el porcentaje de ventas de boletos y mercancía. Los más destacados pueden ganar hasta 40 mil pesos por función, aunque los luchadores en los primeros combates reciben mucho menos.
A pesar de los altos riesgos y el esfuerzo constante, la falta de seguro médico y estabilidad laboral hace que los luchadores no puedan retirarse de manera digna y sigan luchando incluso a edades avanzadas.
Debido a esto, muchos luchadores han tenido que buscar otras fuentes de ingresos, como abrir gimnasios, vender productos o emprender negocios de comida para cubrir sus gastos.