En los años del 2013 al 2015, el boxeador Prichard Colón nacido en Estados Unidos, aunque criado en Puerto Rico, despuntaba para convertirse en uno de los mejores pugilistas de la historia. Su récord de 16 peleas, 13 por nocauts, invicto le auguraba un muy buen futuro.
Ya pisaba los escenarios de mayor prestigio; incluso había logrado una victoria contra el ex campeón mundial de la AMB en la categoría de los superligeros, Vivian Harris, por vía del nocaut. Estaba como se podría decir comúnmente, bendecido por los dioses del boxeo. Rápido en sus combinaciones y con un carisma que lo convertía en uno de los preferidos del público.
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Por desgracia su siguiente combate, la noche del 17 de octubre del 2015, no fue lo que esperaba. Duró siete asaltos. Sin embargo, lo peor no fue el resultado, sino los alevosos golpes de conejo que su contrincante le proporcionó durante la pelea, mismos que le originaron consecuencias catastróficas.
Su oponente, Terrell Williams, recurrió a todo lo que pudo para ganar; a costa incluso de la salud de Prichard. Los golpes que le propinaba al puertorriqueño directamente en la zona posterior de la cabeza hicieron tambalear y caer a Colón. Fue descalificado en el séptimo asalto y declararon ganador a Williams. Pero, el daño a la carrera y vida del boxeador boricua ya estaba hecho. El nuevo destino de Prichard Colón ya estaba sellado.
Al finalizar el combate, en el camerino, comenzó a experimentar mareos y vómito; así como un constante dolor e inflamación en donde su oponente había estado atacándolo constantemente. Fue llevado al hospital; pero ya era tarde. Entró en coma y duró siete meses en ese estado.
Al final, logró salir del estado vegetativo y el proceso de su recuperación ha sido muy lento y de gran esfuerzo para él y su familia, su madre principalmente es quien ha estado documentando sus avances en distintas plataformas, principalmente Youtube.
En estos siete años que han transcurrido, ha recibido mucho apoyo de parte de los internautas y poco a poco se ven las mejorías; claro que aún falta muchísimo. Logra comunicarse con palabras pequeñas de "sí" o "no", o asiente con la cabeza a las preguntas de su madre.
Es un claro ejemplo de superación; y a la vez, un recordatorio de lo peligroso que es practicar el boxeo, y cualquier otro deporte sin las medidas adecuadas; ya que, de haberse detenido la pelea y sancionado a Williams por sus golpes prohibidos, tal vez hoy hablaríamos del "Digget" -apodo de Colón que significa "El excavador"- como un memorable campeón del boxeo.