Por más de 100 años, el crucero de Hidalgo y Matamoros es por excelencia La Casa del Café, un negocio pequeño, pero lleno de sabor, nostalgia y tradición, que mantiene su esencia y transporta al pasado.
La fachada del establecimiento parece una postal de Nuevo Laredo de antaño, en sus paredes cuelgan artesanías, jaulas, utensilios de cocina rústicos, curiosidades, pero es el olor a café recién tostado lo que invita a pasar.
“Es café en grano, aquí se le da el proceso de lo que es el proceso del tostado, el molido y ya a la venta al público; cuando yo empecé aquí en el local, es a lo que se dedicaba exclusivamente”, comentó Rodolfo Guerrero Coronado, encargado del establecimiento.
Venden café nacional, que se produce en el estado de Veracruz, y las personas adultas mayores son los clientes principales.
En sus inicios se dedicaban solamente a la venta de café, pero con el paso de los años se han adaptado e incorporado más artículos, como enseres del hogar, cerámica, figuras religiosas, miel, especias, piñatas, semillas, entre muchos artículos más.
El invierno es sin duda la mejor temporada de ventas en el negocio, pero todo el año ofrecen sus productos, porque “el café no puede faltar en el almuerzo, sin importar la época”.