En el Centro Educativo y de Rehabilitación (CERAC) cada historia es un testimonio de resiliencia, amor y entrega.
Este año, la familia Balderas Gámez recibió un reconocimiento muy especial: el premio del Día de la Familia CERAC, que se conmemoró el sábado 14, una celebración que honra a las familias que, contra todo pronóstico, no se rinden.
Martha, madre de Omar, y su esposo son un ejemplo de constancia. Llegan puntuales cada día, sin faltar, a pesar de las dificultades: viajan en camión, enfrentan el calor y las inclemencias, pero su compromiso con el futuro de su hijo es inquebrantable.
“La familia Balderas Gámez es este año la familia especial. Es un evento que tradicionalmente lo llevamos a cabo desde el 2009. Se les reconoció por la constancia a través de los años, por esfuerzo, constancia y dedicación son reconocidos por nuestra institución, porque cuando piensan que nadie mira su esfuerzo y su entrega, nosotros lo vemos, reconocemos y aplaudimos.
“Se trasladan en camión, pasan calores, inclemencias y no se rinden”, expresó con emoción Alma Rosa Luján, directora del centro.
Esta tradición nació de una historia que marcó el corazón de Alma Rosa Luján, presidenta del Patronato de CERAC. En 2008, mientras organizaba con ilusión el Día de las Madres, se encontró con un padre que le dijo algo que la cambiaría para siempre: 'Mi hijo no celebrará jamás a ninguna madre. La suya lo abandonó'. Esa frase la hizo reflexionar. Luján dijo que en el CERAC muchas familias no encajan en el molde tradicional: hay abuelos que crían a sus nietos, padres solteros, hermanos que se apoyan, hijos que cuidan de sus padres.
“Familias unidas no por la sangre, sino por el amor verdadero. Así, en 2009, nació el Día de la Familia Especial, celebrado cada 14 de junio, en honor al cumpleaños de Tere, fundadora de CERAC”, refirió.
Finalizó con el mensaje de que este día no sólo reconoce el esfuerzo, sino que recuerda a todas esas familias que, como los Balderas Gámez, luchan día a día sin quejarse, sin esperar aplausos, pero mereciendo todos. Porque cuando creen que nadie ve su sacrificio, CERAC los ve, los valora y los celebra.