Alumnos del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTis 234), integrantes del club de huerto escolar, promueven el cuidado del medioambiente y amor a la naturaleza, trabajando y cultivando la tierra para cosechar alimentos, como parte de un proyecto que lleva 10 años.
El mencionado club, impulsado por Claudia Sánchez, la doctora de la institución educativa, recientemente se reabrió con nuevos estudiantes con conciencia ecológica, interesados en aprender técnicas de cultivo y compartir el gusto por las plantas.
“Soy la responsable del club desde hace 10 años, empezamos desde cero, antes este lugar era escombros y basura, empezamos a limpiarlo, a cambiar la tierra hasta que fue mejorando y pudimos sembrar. Empecé el proyecto para que los alumnos vieran que de una tierra muy árida se puede transformar, fuimos nutriendo la tierra hasta que se volvió fértil, los chicos decían que no se daba nada, pero con constancia hemos estado manteniendo el huerto”, detalló.
Comentó que han logrado durante estos años, cosechar, lechugas, acelgas, cilantro, limones, naranjas, incluso peras por citar sólo algunos. Actualmente el nuevo club de huerto, cuenta con 30 integrantes de distintos semestres y especialidades, quienes al momento han sembrado tomates, chiles, melón, nopales, flores y plantas de la región, además de elaborar sus fertilizantes y composta.
“Me integré por hacer servicio social y con otros compañeros sólo nos encargamos de mantener el área, pero después que iniciaron hace un mes los clubes, ya tenía a una amiga que me ayudaba a limpiar y luego venían maestros, nos ayudaban, nos traía a más alumnos, después se fue difundiendo y al final somos alrededor de 30 estudiantes”, señaló David Arenas de sexto semestre.
Por su parte su compañera Dana mencionó que empezaron a llevar plantas y aprender a elaborar la composta con los desechos mezclados con tierra y entre todos se distribuyen las tareas para mantener el espacio, dejando la satisfacción de poder decir que cosechó los frutos que ella misma sembró.
“Desde chico he tenido una buena influencia de la siembra, del amor a la naturaleza por parte de mi abuela que le gustaban mucho las plantas y eso fue lo que me motivó a unirme al club”, enfatizó Arturo Rafael.