EDUCACIÓN

Ana Laura cumple su sueño de instruir a niños

Ana Laura Ortegón Alarcón, con 39 años de servicio, actualmente es directora del Jardín de Niños Reginaldo Elizondo Garza, en ambos turnos, y desde pequeña soñaba y jugaba con ser maestra

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El Día de la Educadora en México se celebró ayer, una figura muy importante en la instrucción inicial de la niñez y cuya labor contribuye al desarrollo y crecimiento integral de los menores.

Ana Laura Ortegón Alarcón, con 39 años de servicio, actualmente es directora del Jardín de Niños Reginaldo Elizondo Garza, en ambos turnos, y desde pequeña soñaba y jugaba con ser maestra y en ocasiones llegó a ser la elegida por sus profesores para cuidar de sus compañeros, incluso de grados menores, por breves momentos en su ausencia, y ese deseo se cumplió años más tarde al elegir el camino de la docencia.

Señaló que la educación preescolar es considerada el primer paso fundamental en la educación de los niños, ya que sienta las bases para su desarrollo, toda vez que en esta etapa los niños adquieren habilidades sociales, cognitivas, emocionales y motrices a través de actividades lúdicas y juegos de exploración e interacción con otros infantes.

“También se fomenta el amor por el aprendizaje, la creatividad y la curiosidad, preparando a los pequeños para los siguientes niveles escolares y contribuyendo a su bienestar integral en sus primeros años de vida”, expresó la educadora.

Ortegon Alarcón informó que desde pequeña tenía claro que quería estudiar la carrera de maestra y esa vocación la mantuvo hasta que en el año de 1982 ingresó en la Universidad Panamericana Normal de Educadoras y a partir de 1986 comenzó este viaje de la enseñanza que la llevó a impartir en comunidades rurales y ejidos de Tamaulipas hasta llegar a Nuevo Laredo en 1989. Entre los jardines de niños que laboró en esta ciudad fronteriza se encuentran el María Montessori y Federico Froebel, hasta asumir el cargo de directora en el Reginaldo Elizondo Garza, ubicado en el fraccionamiento Los Fresnos, donde es muy querida entre la comunidad escolar.

Comentó que trabajar con niños cada día es diferente, pues le sorprenden las muestras de cariño y curiosidad de los pequeños, quienes acuden a la dirección ya sea para saludarla, darle un abrazo y hasta hacerle algunas preguntas. “Estoy muy feliz, mi carrera es muy noble y me permite ser parte de ese inicio de la vida escolar de cada uno de mis alumnos; mi recompensa es tener un equipo de trabajo hermoso lleno de respeto, amor, empatía, resiliencia, y una comunidad educativa llena de responsabilidad y valores”, puntualizó.