María Esmeralda Díaz García dio su última checada en la terminal digital a las 9:00 de la noche como trabajadora del Hospital General de Nuevo Laredo, Tamaulipas, luego de 31 años de servicio.
Lo anterior ocurrió el martes 14 de octubre ante la presencia de sus compañeros de trabajo, quienes, entre algarabía y aplausos, le desearon lo mejor en su nueva etapa.
Cada jubilación de un trabajador de la salud es un logro y una satisfacción, luego de años de entregar su existencia a servir, luchar por la salud y la vida de sus semejantes. Tras una destacada trayectoria de más de tres décadas al servicio de la salud, la licenciada María Esmeralda Díaz García, de 56 años, culmina su carrera profesional en el Hospital General de Nuevo Laredo.
Su jubilación se hizo efectiva el 14 de octubre de 2025, marcando el cierre de un ciclo que inició el 16 de septiembre de 1994, cuando se incorporó al Hospital General, después de haber prestado sus servicios en el San José.
Díaz García comenzó su carrera como enfermera general en 1989 y en el año 2010 concluyó con éxito su especialidad en Cuidados Intensivos, destacándose por su profesionalismo, su trato humano y su dedicación al bienestar de los pacientes.
Durante gran parte de su trayectoria, de 1994 a 2017, trabajó en el turno nocturno, demostrando su entrega y fortaleza en una de las áreas más demandantes de la enfermería; posteriormente, continuó su labor en el turno vespertino, hasta alcanzar con orgullo su jubilación.
En el emotivo evento de despedida y en compañía del mariachi, María Esmeralda Díaz García estuvo rodeada de colegas, médicos y ahijados que la acompañaron en este significativo momento para atestiguar el final de su destacada historia laboral en la unidad médica.
“Quiero agradecer a mi familia, a mis compañeras, compañeros y médicos que conocí a lo largo de esta carrera. Me voy contenta y feliz porque sé que hice un buen trabajo. Quiero alentar a las nuevas generaciones y a mis ahijados a que sigan adelante, con muchas ganas y compromiso, para continuar en esta labor tan importante que es la enfermería”, comenta.
A sus 56 años, Díaz García deja un legado de servicio, humanidad y ejemplo para las futuras generaciones de enfermeras y enfermeros, recordando que la verdadera vocación se demuestra día a día, con el corazón puesto en el cuidado de los demás.
