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¿Sirve comerte un bolillo para el susto? Esto dice la UNAM

Este dicho popular fue puesto a prueba científicamente y estos fueron los resultados que obtuvieron de la muestra

¿Sirve para algo comerte un bolillo para el susto? La UNAM responde
¿Sirve para algo comerte un bolillo para el susto? La UNAM responde
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Septiembre es un mes particularmente complicado para los mexicanos. Debido a los anteriores sismos, a más de una persona se espanta al oír la alerta sísmica, aunque cuando sepan de antemano que es un simulacro. Para aliviar el temor, hay un dicho que dice que es bueno comerse un bolillo para el susto, pero ¿esto es real, funciona como lo dicen? Esto dice la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Aunque ya se volvió un meme recurrente, comerte este pan en una situación de miedo es funcional. La profesora de la Facultad de Medicina Nayeli Xochiquetzal Ortiz Olvera declaró que es una práctica justificada desde la ciencia. Todo se desata al sufrir un episodio de temor o estrés, el ácido estomacal tiende a subir, provocando dolores en el estómago y vientre, así como sensación de náuseas. 

La experta detalló que el bolillo funciona por dos razones. La primera, debido a su contenido de carbohidratos, la secreción de ácidos se reprime y, con ello, los efectos de malestar en nuestra salud. En el segundo punto, debido a su crocante y su contenido masudo al interior, para comerlo nos vemos obligados a masticarlo repetidamente, lo cual distrae a la mente y tan sólo se ocupa de procesar el alimento. 

Aunque científicamente sí hay un respaldo, la académica Nayeli Ortiz recomienda no comer toda la pieza de pan, pues con tan sólo tres bocados se tendrá el efecto deseado. Cabe destacar que el bolillo tiene una alta concentración de calorías.

¿Hay alternativa al bolillo?

De acuerdo con el profesor Eduardo Calixto González, el bolillo no es la única alternativa para comer tras el susto, pues la fruta, la fibra o los yogures pueden aliviar dicha sensación. El especialista informó que lo importante en dicho momento es que el alimento llegue hasta el estómago y modifique el pH del mismo, reteniendo los ácidos estomacales que provocan dolor o desorientación.