A CAMBIO DE SU ALMA

Se mantuvo joven por siempre, a pesar de su vida llena de todos los excesos

Dorian Gray se perdió primeramente en la vanidad, luego en el resto de los pecados, menos la envidia, pues tenía a manos llenas cualquier cosa que un mortal desearía disfrutar por un día, por una hora, por un instante

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Dorian Gray, un joven londinense bien parecido y heredero de una enorme fortuna, acostumbraba pasar las tardes con dos muy buenos amigos: el pintor Basil Hallway y lord Henry Wotton, a quien conoció por medio del primero.

Henry era un hombre muy liberal para su tiempo, finales del siglo XIX (lo sería incluso hoy día), aunque realmente sus ideas nunca las llevó a la práctica; por su parte, Basil era mucho más introvertido y conservador.

Un día, Dorian le pidió a Basil que le hiciera una pintura de cuerpo entero, para lo que se reunieron periódicamente en lo que el artista llevaba a cabo la obra.

Cuando el retrato quedó terminado, Dorian lo contempló y sintió una enorme tristeza y nostalgia, pues se dio cuenta que el lienzo se iba a mantener siempre con la misma imagen, mientras él perdería poco a poco su belleza y juventud.

Entonces deseó con toda su mente, con todas sus ganas y con todo su corazón cambiar lugar con el cuadro. Mantenerse joven mientras la obra fuera la que perdiera su lozanía y buen aspecto.

¡Si yo me conservara siempre joven y el retrato envejeciera! Daría…, ¡daría cualquier cosa por eso! ¡Daría mi alma!

Alguien dijo que hay algo muy peligroso en los deseos: a veces se cumplen.

Días antes, Dorian había conocido a Sibila Vane, una joven muy humilde que se ganaba la vida como actriz representando personajes de Shakespeare. La mujer lo cautivó con su inocencia y una cara hermosa, igual o más que su cuerpo, por lo que pronto iniciaron un noviazgo, a pesar de la notoria diferencia de clases.

Ilusionado por la incipiente relación con la muchacha, quiso que la conocieran sus amigos Basil y Henry, por lo que una noche los llevó a un teatro en el que se presentaría la bella dama.

Desgraciadamente, esa noche, Sibila, quien hacía las veces de Julieta, dio la peor actuación de su vida, lo que hizo que la mitad de los asistentes, incluyendo los amigos de Dorian, se retiraran del lugar antes de terminar la función.

Furioso, Dorian le reclamó a Sibila tras bastidores, minutos después, pues lo había dejado en vergüenza, ya que él habló maravillas de sus dotes histriónicas y aseguró que pronto sería una estrella conocida en todo el país.

La mujer argumentó que ahora que había conocido el verdadero amor no podía representarlo falsamente sobre el escenario, pero Dorian no entendió razones y en ese momento, lleno de una ira imposible de controlar, dio por terminada la relación para siempre, dejando a la joven Sibila sumida en una profunda tristeza, lo cual no le importó en lo absoluto.

Al llegar a su casa y observar detenidamente el cuadro con su imagen, Dorian se percató que tenía un pequeño cambio: una muy ligera sonrisa, casi imperceptible, se asomaba en su boca.

Presa del miedo al sospechar que se había hecho realidad su anhelo de cambiar papeles con la obra, lo escondió en una estancia de su mansión, la cerró bajo llave y se fue a dormir.

En la mañana, Dorian recordó lo que había hecho y decidió disculparse con Sibila, pero antes de acudir a buscarla, Henry le informó que ella estaba muerta, pues se había suicidado. Impactado por la noticia, Dorian recibe palabras de consuelo de Henry, que lo reconforta un poco.

Al paso de los días, tras superar rápidamente el deceso de su exnovia, Dorian decide empezar a llevar una vida con todos los excesos habidos y por haber, aprovechando su juventud y fortuna, hace cosas inimaginables.

Luego de caer víctima de la vanidad, se pierde en casi todos los pecados y noche tras noche termina borracho de alcohol y lujuria sabiendo que nada le causará estragos, por una razón que sólo él conoce y que se mantiene alejada de la vista de todos en un rincón de su residencia. El único pecado que no conoce ni de lejos es la envidia, pues tiene a manos llenas todo lo que cualquier mortal desearía disfrutar al menos por una vez. Al menos un instante.

Con el paso del tiempo, Dorian se vuelve protagonista de una serie de rumores tan increíbles como escalofriantes, pues nadie da crédito a que se mantenga con el aspecto y energía de un adolescente cuando está a punto de cumplir 40 años.

Un día, se encuentra con su amigo, el pintor Basil Hallway, quien le reclama por su vida descontrolada. Dorian, lleno de soberbia, culpa a Basil, quien no entiende por qué, ante lo que Dorian lo lleva a su casa para mostrarle la pintura, que no sólo refleja la verdadera edad de Dorian, sino la corrupción de su alma…

Lo anterior es una sinopsis de la novela “El retrato de Dorian Gray”, del escritor irlandés Óscar Wilde, una obra maestra de la literatura universal imperdible si eres amante de la lectura.