Un conjunto de 150 cráneos que fueron encontrados en 2012 en una cueva de Chiapas, fue confundido por una narcofosa cuando en realidad se trataba de un tzompantli, un altar maya creado hace miles de años.
Se trata del primer hallazgo en su tipo en Comalapa, Chiapas, además de que es muy distinto a los encontrados en Mesoamérica.
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En aquel entonces, se realizó un reporta a las autoridades sobre la presencia de restos humanos en una cueva de Carrizal, en el municipio de Frontera Comalapa, por lo cual, la Fiscalía General del Estado, creyendo que se trataba de un crimen, recolectó los cráneos y los envió a Tuxtla Gutiérrez, donde serían analizados.
Sin embargo, más tarde, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) determinaron que los restos que encontraron eran de origen prehispánico, de mayas que habitaron hace más de mil años.
Esto se determinó gracias a la deformación que presentaban los cráneos, puesto que los mayas moldeaban su cabeza para parecerse al jaguar que tanto veneraban para infundir temor a sus enemigos.
Además de deformarse la cabeza, se limaban los dientes para crear colmillos semejantes a los del felino.
"Se deformaban la cabeza porque querían parecerse a ellos, tan es así que no solo practicaban esta modificación, sino que también hacían una cirugía para provocar el estrabismo, porque según quienes se dedican al estudio de esta especie animal, el jaguar tiene una vista estereoscópica", detalló Javier Montes de Paz, antropólogo.
Se cree que los cráneos hallados del altar maya en la cueva de Chiapas y que fueron confundidos con una narcofosa, se trata de cientos de pobladores mayas que fueron decapitados por sus enemigos.