"Tenemos el corazón roto", dijo la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, quien acudió, con autoridades francesas, a la histórica catedral de Notre Dame, de París, que la tarde del 15 de abril fue devastada por un incendio.
"Notre Dame representa un patrimonio universal excepcional: histórico, arquitectónico, espiritual, un monumento también del patrimonio literario y un lugar único en el imaginario colectivo. Es patrimonio de los franceses, pero también de la humanidad en su conjunto", dijo la directora de la Unesco.
"Este drama nos recuerda la fuerza de lo que nos une. Hemos recibido mensajes de apoyo de todo el mundo", anotó.
La catedral forma parte del sitio París, orillas del Sena, inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial en 1991, que incluye también puentes, muelles y orillas del Sena, en la parte histórica de su recorrido (entre el puente de Sully y el puente de Iéna) y las Islas de la Cité y Saint Louis.
El recinto está considerado el más bello ejemplo de la arquitectura gótica francesa, con un uso innovador de la bóveda de crucería y de los contrafuertes de los rosetones de vidrio tintado y de la decoración escultórica. La construcción de la iglesia comenzó en 1160 y continuó durante un siglo.
Azoulay anunció también que se va a llevar a cabo una evaluación rápida de los daños lo antes posible.
"La Unesco está junto a Francia para salvaguardar y rehabilitar este patrimonio inestimable. Ya estamos en contacto con expertos y listos para enviar una misión de emergencia para evaluar los daños, preservar lo que se pueda preservar y estudiar las medidas posibles a corto y mediano plazo", declaró.
La evaluación se llevará a cabo con todas las autoridades competentes, incluidas las autoridades nacionales y locales, la dirección del sitio y las autoridades eclesiásticas, con el fin de elaborar un plan de acción y evitar un mayor deterioro del edificio y recuperar en la medida de lo posible sus elementos originales.